#CantosCruzados: 5 referentas de la música chilena

La periodista de Ruidosa Camila González hizo un repaso por las mujeres chilenas que nos inspiraron a hacer ruido y que se han transformado en las referentas para quienes vinieron después.

Nicole

A finales de 1989, en plena transición de dictadura a democracia, la cantante chilena Nicole lanzó su primer álbum en solitario Tal vez me estoy enamorando. Con solo 12 años, se transformó rápidamente en la artista revelación del año. Desde entonces, la cantante, compositora, intérprete y creadora de su propio sello discográfico independiente Chika Entertainment Inc. ha crecido y construido su lugar como referenta nacional con seis discos, un disco recopilatorio en vivo y más de 30 años de carrera haciendo ruido. 

Aunque en un inicio se le intentó encasillar en un estereotipo de la feminidad o en las baladas románticas, Nicole ha explorado durante toda su trayectoria nuevos sonidos que combinan el pop, soul, rock y electrónica. Durante su carrera, sus canciones repletaron las radios chilenas y marcaron a generaciones que crecieron y resonaron con su propuesta artística.

En estas décadas ha trabajado tanto con grandes sellos discográficos como Sony y Maverick Records (perteneciente a Madonna) como editado de forma independiente su propio trabajo. Sin duda, su arte es el resultado de años de estudio, profesionalismo y el meticuloso oficio del pop. Nicole es una referenta que abrió el camino para muchas que vinieron después.

Ana Tijoux

Ana Tijoux nace en el exilio durante la dictadura de Augusto Pinochet. En París conoció el rap deletras punzantes contra las injusticias sociales, discriminación y racismo. En 1997, ya viviendo en Chile, inició la histórica banda de hip hop Makiza, junto a Seo2 y Cenzi. Un año después, debutaron y editaron Vida salvaje (1998) y Aerolíneas Makiza (1999), en ese entonces distribuidos como cassettes independientes. “Si la masa no piensa, iré contra la corriente. Expresar lo que se piensa, filo con lo que comente la gente”, rapean en “En paro”, canción que se alza como manifiesto de su voz rebelde, conectada con las luchas sociales y vigentes hasta hoy.

Desde que lanzó su carrera como solista en 2006 ha publicado 4 discos y varios sencillos. Con su álbum 1977 (2009) explora su identidad e historia en 14 canciones y se consolida como una de las raperas latinoamericanas más conocidas en la escena internacional. Referenta por alzar su voz y transformar su rabia en música, por no callar y siempre estar luchando por una sociedad más justa y digna. Con una cara parecida a la nuestra, de pequeña estatura y pelo negro, con rasgos indígenas que parecen incomodar a la clase privilegiada de este país que se identifica más con los colonizadores. Ana encuentra su fuerza en el canto político de los otros, de nosotres, el pueblo de Abya Yala; los rotos, cholos, indígenas y patipelados. 

Así como Violeta Parra y Victor Jara musicalizaron una época ferviente y revolucionaria de nuestro país, Ana Tijoux ha sido la responsable de transformar nuestros gritos en música con sencillos como “Shock”, “Cacerolazo”, “Antifa dance” y “Rebelión de octubre”  al son de las demandas sociales. Su inspiración es la estudiante, la trabajadora, la madre, la mapuche, las tantas y tantos que se han levantado contra la opresión.

Juanita Parra

Al fondo del escenario, con su pelo al viento, piernas abiertas, puedes ver a la única mujer sobre el escenario moviendo su cabeza y brazos al ritmo del rock sicodélico y sonidos andinos.  Juanita Parra es, sin duda, una referenta por su maestría en la batería –un instrumento tradicionalmente masculino– en Los Jaivas. La hemos visto crecer sobre el escenario e, incluso, tocar con siete meses de embarazo como una diosa musical. 

Luego de dos décadas de Los Jaivas, tras la muerte de su padre y baterista Gabriel Parra a finales de los 80, Juanita lo reemplazó al frente del instrumento en 1991. Después de haber estudiando batería en la escuela de música desde los 15 años y de cinco años de entrenamiento con Los Jaivas, Juanita se alzó como la nueva baterista y referenta que inspiró a mujeres y niñas a hacer lo que les gusta y explorar un mundo de posibilidades de oficios musicales. 

Juanita Parra ha inspirado a escritoras como Arelis Uribe hasta la artista y baterista Cancamusa. Con ella, la batería se transformó en una posibilidad que antes parecía inalcanzable para muchas. Hoy ya cumple 30 años como parte de esta icónica banda y su presencia, maestría y fuerza es indudable.

Mon Laferte

Antes de ser Mon Laferte, la conocimos como Montserrat Bustamante. Creció en una población en los cerros de Viña del Mar, estudió en una escuela pública y tuvo que trabajar desde pequeña cantando en bares de la región. Mon no reniega de su origen, más bien la fortalece e inspira. “Es difícil quedarse callada cuando una lo vivió en carne propia. No toda la gente sabe lo que es cagarse de hambre de verdad”, contaba en su último show en el Festival de Viña, meses después del estallido social. 

En el 2003 irrumpió en nuestros corazones como un talento brillante y querido por el público en el programa buscatalentos Rojo Fama Contrafama, emitido por la televisión nacional. Allí, la vimos interpretando grandes éxitos de la música hispanoparlante y representar a referentas de referentas como Cecilia La Incomparable, Selena y Myriam Hernández. Mon viene de toda esa memoria artística y musical de nuestras madres, tías y abuelas. Creció con boleros, cumbia y música cebolla, donde nuestras historias, deseos y cariños encontraron su expresión.

Referenta por su pasión y oficio musical, su mezcla de géneros musicales y creatividad, por su canto y palabra sincera. Tras años de trabajo duro, hoy es una de las artistas hispanoparlantes más reconocidas en el mundo y la cantante del país con mayor número de ventas de los últimos años. Ante la atención del mundo, ella responde de forma crítica, feminista, juguetona, apasionada y sensible. 

En los últimos años, Mon se ha pronunciado críticamente contra el presidente Sebastián Piñera, la derecha neoliberal, la violación de los derechos humanos por parte de las fuerzas policiales y ha expresado su apoyo al movimiento feminista y la lucha por el aborto libre. En la tradición de la Nueva canción chilena, su música se encuentra arraigado en la tradición latinoamericana, las letras con contenido social y el entendimiento de la posibilidad política del arte. Además, la cantautora, música, compositora, pintora y activista chilena ha encontrado en la pintura, serigrafía, bordados y su nueva galería de arte una nueva forma de seguir expresando y creando. 

Javiera Mena

Referenta para todas las lesbianas, gays, no binaries, queers y trans. Del monte a Polaris, y del borde al mar, llegó esta chica tímida con su teclado y transformó la escena musical chilena. Javiera logra representar el pasado, presente y futuro del pop, donde los géneros se distorsionan y los binarismos desaparecen.

En 2006, lanzó su primer disco solista Esquemas Juveniles y conquistó nuestros corazones adolescentes sedientos de amor. Desde entonces, ha lanzado tres discos y ha explorado con sonidos más electrónicos y bailables, como canciones más acústicas o, incluso, ritmos folclóricos. Esa búsqueda creativa y en constante transformación la ha llevado a experimentar con diferentes instrumentos, softwares y sintetizadores. 

En sus múltiples etapas, sus canciones se han transformado en la banda sonora de muchos momentos de nuestras vidas: enamoramientos, fantasmas, corazones rotos, fiestas y reflexiones existenciales.

Aunque sus letras muchas veces reflejan su viaje interior, la búsqueda de una mayor conciencia y de existir en soledad, funciona como un bálsamo con un sonido bailable para nuestras almas. “Y todas aquí, igual que yo, van transportando algún dolor, y todas aquí, igual que tú, atravesando por un viaje muy profundo”, sintiendo con todo nuestro corazón y ojalá musicalizado por más canciones de Mena.