#ChaoMacarena: el grito de las chilenas ante una designación provocativa

Los feminismos siguen en la primera línea. Ante la desginación de Macarena Santelices, sobrina nieta de Augusto Pinochet, como Ministra de la Mujer y la Equidad de Género, las chilenas volvieron a estallar de rebeldía. Memoria feminista y autocuidado ante un negacionismo neoliberal.

Una protesta ciberfeminista encendió las alertas. #NoTienenMinistra y #ChaoMacarena fueron las etiquetas que encontraron a las chilenas hermanadas unas con otras; esta vez en las redes sociales. El motivo fue el repudio a la designación, por parte del presidente Sebastian Piñera, de Macarena Santelices Cañas como Ministra de la Mujer y la Equidad de Género.

Periodista y política desde 2008, Santelices es sobrina nieta del dictador Augusto Pinochet y reivindica la dictadura y el genocidio que llevó adelante. Fue concejala y alcaldesa de Olmué por el partido de derecha, Unión Demócrata Independiente (UDI). Piñera la nombró ministra el 5 de mayo, tras la renuncia de Isabel Plá al cargo que estaba vacante hacía casi dos meses. Una designación que pretendió desviar la atención de la prensa del mal manejo de la emergencia sanitaria por el COVID 19 que el gobierno central está realizando. Sin embargo, no logró eludir el ejercicio de memoria feminista.  

No podemos desconocer lo bueno del régimen militar” y “Cada vez que se ven en aprietos sacan los Derechos Humanos. No más circo” son algunos de los Santelices dixit. Su designación se produce en medio de la crisis económica, social y política del modelo neoliberal en Chile. Pero, ¿quién es Macarena Santelices y porqué su nombramiento generó el rechazo de las feministas chilenas? La búsqueda de respuestas demuestra porqué la revuelta sigue encendida.

“Nunca tuvimos ministra”

“Esta designación nos pilla caminando y luchando por sobrevivir”, dijo a LATFEM Valentina Olivares Grey, activista integrante de la Asamblea Feminista Plurinacional. Ella parte con su análisis a un momento anterior a la pandemia: el que inició en octubre de 2019 con el estallido estudiantil y feminista que se transformó en revuelta. “Habíamos logrado conquistar garantías democráticas para el proceso constituyente con un órgano paritario único en el mundo”, agregó, refiriéndose al proceso de modificación de la Constitución de la dictadura. “Eso nos tenía muy esperanzadas”, dijo.

“La pandemia exacerbó la situacion de una falsa normalidad en Chile”, explicó Karen Vergara, comunicadora integrante de la ONG Amaranta. Para ella, “la desigualdad social se ha visto más fuerte que nunca, también la violencia de género”. A esto se suma que “la gente no le cree al gobierno” y la “desconfianza hacia la policía, debido a la violencia sexual sobre mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis, trans y también varones; y a las mutilaciones, ya que son más de 400 las personas que perdieron uno o sus dos ojos por la represión con balas desde octubre a esta parte”. 

Vergara retomó la línea de tiempo reciente: “a mediados de marzo, renunció la (anterior) Ministra de la Mujer, Isabel Plá, y el cargo estuvo vacante por casi dos meses, y ahora asumió Santelices, que es pariente del dictador (Augusto) Pinochet, y esto nos parece a las feministas una directa provocación; pero también una desidia. Es un rechazo absoluto a salvaguardar la vida de las mujeres”.

Vergara contó que una de las primeras actividades de Santelices fue fotografiarse en un refugio para mujeres violentadas, vulnerando la protección ante sus agresores y el derecho a la privacidad. “Además, la Ministra anterior, apareció para criticar a las feministas de izquierda, las que estamos denunciando todas las irregularidades del gobierno en esta materia”, dijo.  

Para Lilith Becerra, activista disidente feminista, de la colectiva “Mujeres sobrevivientes de Violencia” de los cerros populares de Viña del Mar, “el nombramiento de Macarena Santelices, en vez de representar al Ministerio de la Mujer y la Equidad, representa la tiranía de Pinochet y el fascismo, la xenofobia y la discriminación del gobierno feminicida de (Sebastian) Piñera”. 

Para Olivares Grey, en Chile se estableció “el terror tecnocrático neoliberal”; por eso, “el quedarse en casa es a punta del apoyo mutuo porque no hay apoyo alguno del Estado”. Y agregó: “mientras esto ocurre, las familias más ricas se trasladan en helicóptero a sus segundas viviendas. Y ese gasto se sostiene, entre otras cosas, con el 25% del Producto Interno Bruto (PIB) que generan las mujeres que no tienen reconocimiento ni remuneración por sus trabajos”. Por eso, “las feministas tienen el desafío de poner la esperanza y la vida en el centro para mantener estos lazos de solidaridad”.

Santelices asume en un momento en que el gobierno y sus instituciones afrontan una grave crisis de legitimidad. “De parte del gobierno, sólo hemos visto represión, malas decisiones y un interés capitalista que está sobre todo. Decimos ´no tenemos Ministra´, porque no representa los ideales feministas ni tampoco tiene un mínimo de compromiso con la igualdad, la equidad y el fin de la violencia contra las mujeres”, dijo Vergara. “No hay una política real. Estas situaciones no forman parte de la conversación pública, entonces, todo vuelve a recluirse, a confinarse”, agregó.

Por su parte, Becerra dijo que “sería iluso creer que tendríamos una compañera feminista representándonos. Nunca hemos tenido Ministras, ni ésta, ni la que venga, ni la anterior”. “No reconocemos estos tipos de poderes. Creemos en el tejido feminista, el entramado desde las colectivas, los espacios populares de mujeres, disidencias y diversidades”, agregó. Para ella, esta desginación y durante la pandemia del COVID 19, “vuelve a relegar a las mujeres a los espacios privados” y “es como si nos hubiesen condenado a una pena de muerte”.

“Las feministas no olvidamos”

Otro de los espacios que repudió fuertemente la designación fue la Coordinadora Feminista 8M, articulación que se pronunció impugnando el nombramiento de Macarena Santelices en el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género. Para Javiera Manzi, historiadora y una de sus voceras, “este nombramiento es una afrenta y una provocación al movimiento feminista, responsable de la última gran movilización en Chile”. Se refiere a la Huelga General del 8 y 9 de marzo, que levantó los consensos del II Encuentro Plurinacional de las que Luchan.

Para Javiera Manzi, “el de Sanfelices es un nombramiento que encarna una política negacionista. La profundiza, porque es una figura que ha señalado una apología a las herencias dictatoriales; y junto con eso, un negacionismo de este presente, de la violación sistemática de Derechos Humanos realizada por parte del Estado. Es entonces, una afrenta al conjunto de los pueblos y a la memoria histórica”. La historiadora sostuvo que Santelices emitió declaraciones xenófobas, que tiene un discurso antimigrante, que tiene denuncias en vulneraciones de derechos en el ámbito laboral y que cuenta además con “una total falta de experiencia y formación en materia de género”. 

“Este es un gobierno que nos pide olvidar pero las feministas no olvidamos, porque estamos haciendo una política de transformación que se nutre de la memoria, de luchas que hemos librado históricamente. Es una alternativa feminista para transformar radicalmente la vida”, sintentizó.

Manzi es clara en ubicar la impugnación a la flamante y repudiada Ministra de la Mujer: “la institucionalidad no resuelve la necesidad de hoy día a nivel territorial. Por eso, levantamos un plan de emergencia feminista, para visibilizar la propuesta de un sistema único y plurinacional de cuidados cuando las mujeres estamos trabajando más y las jornadas se han extendido con o sin teletrabajo; de un nuevo sistema de pensiones, con el reconocimiento del trabajo reproductivo y de cuidados; la derogacion del código de aguas, ya que somos el único país donde el agua está privatizada; y la propuesta y vigencia de la educación pública no sexista”. 

“La elección de Macarena Santelices para representar los desafíos de la agenda de género en el país, demuestra el abandono de las mujeres y disidencias por parte del Estado”, decía uno de los tuits que circularon en estos días. La dictadura de Pinochet y las élites fue una de las más sagrientas de Nuestramérica. Fueron 17 años de asesinatos, torturas y violencia política sexual hacia mujeres, disidencias y niñas; delitos de lesa humanidad. La Constitución que el dictador sancionó, sigue vigente y rige el sistema político y de partidos que hoy carece de total legitimidad para el pueblo chileno. Si la pandemia puso a los Estados al centro del debate mundial, las feministas, en su década y en la primera línea, lo están haciendo con la esperanza. Porque en algunos territorios, proteger nuestras vidas depende sólo de nosotras.