Cuidar es luchar: mujeres hondureñas crean la primera cooperativa del país enfocada en trabajo doméstico

Según el Instituto Nacional de Estadísticas, más del 93 % de las personas que realizan trabajo doméstico remunerado en Honduras son mujeres. En este contexto, las trabajadoras domésticas decidieron organizarse y crearon la primera cooperativa del país enfocada en cuidados remunerados.

El 29 de octubre, Día Internacional de los Cuidados, marcó un antes y un después para las trabajadoras domésticas de Honduras con la creación de CoopCuidados, la primera cooperativa del país enfocada en el trabajo doméstico y de cuidados remunerados. Este hito, liderado por 18 mujeres organizadas, representa una respuesta directa a la precarización y exclusión de derechos laborales en un sector crucial para la sociedad, pero históricamente invisibilizado y desprotegido.

“Nuestro trabajo sostiene la economía y permite que otros sectores prosperen, pero históricamente se ha ignorado nuestro derecho a condiciones dignas”, explica Eda Luna, coordinadora técnica de la Red de Trabajadoras Domésticas de Honduras y una de las impulsoras de la cooperativa.

Según el Instituto Nacional de Estadísticas, más del 93 % de las personas que realizan trabajo doméstico remunerado en Honduras son mujeres, quienes enfrentan jornadas extensas, bajos salarios y la ausencia de seguridad social y derechos básicos. La pobreza extrema afecta al 45 % de la población hondureña, una realidad que agrava aún más la situación de las mujeres trabajadoras, quienes cargan con el peso adicional de las violencias derivadas de la informalidad laboral y la sobrecarga de tareas de cuidado, muchas veces invisibilizadas como trabajo.

En este contexto, las trabajadoras domésticas decidieron organizarse para enfrentar estas injusticias. “No podemos seguir respondiendo solo a emergencias mientras esperamos que el Gobierno regule nuestros derechos. Nosotras hemos decidido actuar, porque los derechos no pueden depender de la clase, el racismo o el género”, enfatiza Luna.

La precarización como violencia estructural

En el marco del 25 de noviembre, Día Internacional contra las Violencias hacia las Mujeres, la precarización laboral se manifiesta como una forma de violencia que impacta de manera desigual, especialmente en sectores feminizados como el trabajo doméstico y de cuidados. Estas tareas, a menudo mal remuneradas, subestimadas y cargadas de estigmas, reflejan una inequidad estructural que perpetúa las desigualdades de género.

La sobrecarga de tareas no remuneradas, como el cuidado de las niñeces, personas mayores y el hogar, perpetúa las desigualdades de género y refuerza los ciclos de pobreza. Según un informe de ONU Mujeres, las mujeres dedican, en promedio, tres veces más tiempo que los varones a estas labores no reconocidas. En América Latina y el Caribe, esta carga extra se traduce en dificultades para acceder a trabajos formales y autónomos, profundizando su dependencia económica.

“Durante años, las crisis sanitarias, económicas y sociales han recaído sobre nuestros cuerpos. Mientras sostenemos la vida de otras personas, nuestros derechos son postergados”, denuncia Luna. En este sentido, CoopCuidados no solo busca transformar las condiciones laborales, sino también romper con estas dinámicas que perpetúan las violencias estructurales hacia las mujeres.

El cooperativismo como herramienta para la dignidad y la justicia

Frente a este panorama, las trabajadoras comenzaron a construir una alternativa colectiva en 2021. Eligieron el modelo cooperativo porque, como señala Luna, “sus principios solidarios y colectivos nos permiten construir desde el respeto y sin lucrarse de nuestros cuerpos, como ocurre en otras empresas”.

La creación de la cooperativa, concluida en 2024, fue un proceso lleno de aprendizajes y desafíos. “Fue una aventura donde nosotras mismas definimos las pautas y construimos una herramienta que nos dignifica y reconoce como trabajadoras esenciales”, recuerda Luna. CoopCuidados busca no solo empleabilidad justa, sino también la profesionalización de las trabajadoras, la creación de políticas de empleabilidad con salarios dignos y el acceso a la seguridad social.

“Queremos ser una referencia de que es posible mejorar las condiciones laborales en nuestro sector. Esta cooperativa demuestra que las mujeres podemos transformar nuestra realidad desde la organización colectiva”, afirma Luna.

Un llamado a la acción contra las violencias

La violencia económica y laboral es solo una de las múltiples violencias que enfrentan las mujeres en Honduras y en la región. Según datos de ONU Mujeres, el 38% de las mujeres en América Latina han sufrido violencia física o sexual por parte de una pareja a lo largo de su vida, mientras que la desigualdad económica sigue siendo una de las más persistentes.

En este sentido, CoopCuidados no solo busca mejorar las condiciones laborales, sino también incidir en políticas públicas que reconozcan el valor del trabajo doméstico y de cuidados. Entre sus objetivos está la ratificación del Convenio 189 de la OIT, que garantizaría derechos laborales para este sector históricamente desprotegido, y la construcción de alianzas con otras organizaciones de trabajadoras en Honduras y Centroamérica.

“Estamos demostrando que es posible construir una sociedad más justa, pero necesitamos que el Estado y la sociedad reconozcan el valor de nuestro trabajo y se comprometan a transformar las condiciones que perpetúan las violencias contra nosotras”, subraya Luna.

Cuidar también es luchar

Esta cooperativa no solo es un modelo de empleabilidad y justicia económica, sino también una herramienta para combatir las desigualdades y violencias de género. En un país marcado por altos índices de pobreza y desigualdad, esta cooperativa es una esperanza para cientos de miles de mujeres que, durante décadas, han sido invisibilizadas.

“Nosotras sostenemos a través de nuestros cuerpos las crisis de la sociedad, y ahora hemos decidido sostenernos también entre nosotras”, concluye Luna, reafirmando que el trabajo colectivo y la organización feminista son motores esenciales para enfrentar las múltiples violencias que atraviesan las mujeres en el ámbito laboral y social.

CoopCuidados marca un nuevo camino en la organización y lucha por los derechos de las trabajadoras domésticas y de cuidados en Honduras. Su existencia pone sobre la mesa la necesidad de reconocer este trabajo como esencial para el desarrollo social y económico, y de garantizar condiciones laborales justas. En un país atravesado por desigualdades históricas, esta cooperativa demuestra que el cambio es posible cuando las trabajadoras toman las riendas de sus propias vidas.