La memoria de la humanidad guarda miedos, desesperación y profecías de fin del mundo asociadas a los eclipses solares. Arquetípicamente, que la Luna “apague” el Sol se relacionó en leyendas que preveían tiempos de crisis, donde la Sombra triunfaba sobre la Luz y las emociones tomaban dimensiones exageradas frente la tan aclamada frialdad de la razón. No se debía hacer ningún tipo de magia y básicamente, estábamos condenadxs al caos. Pero no teman, amigues, aquí algunos antirituales feministas para sobrevivir al ánimo apocalíptico.
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Si los rituales son una performance personal para conectar con el inconsciente y “aprovechar” la energía disponible, esta vez te proponemos dejar que esta energía siga su rumbo y hacer a un lado la intención de controlarla o exprimirla. Bajemos las varitas mágicas, que reposen las barajas pero que la magia siga en pie. El eclipse es un evento tan fuerte que pide calma, bajar un cambio y serenarnos para no salir a prender fuego todo -sin ningún sentido-. Repitamos tres veces: ¡Templanza! ¡Templanza! ¡Templanza!
- Baño de florecimiento
Herví un puñado de flores de lavanda, jazmines o rosas en 2 litros de agua filtrada. Dejá que se entibie, colá la preparación y agregá un puñado de sal, un chorrito de Agua de Florida o alguna colonia floral. Mientras te duchás, dejá que esta agua caiga desde la coronilla hasta las plantas de los pies. Podés visualizar todos los micromachismos que te están sacando de quicio y dejarlos ir. Las flores tienen energía armonizante y te devuelven la energía que perdiste con esas broncas.
- Relajación con cristales
Buscá un lugar alejado de la información del cierre de listas en la Argentina y tomate 20 minutos para vaciar la mente. Nos queda un largo tramo hasta octubre, cada tanto hay que darse un respiro. Recostate boca arriba, con las palmas de las manos hacia arriba y poné tus cristales en acción. Podés usar cuarzo cristal, amatista, sodalita, cuarzo verde y fluorita sobre la frente. Este antiritual es muy bueno antes de irse a dormir, para alivianar la manija mental, conciliar el sueño y alejar las pesadillas. El mal dormir es un clásico de los días pre y post eclipse.
- Dharana: Meditación sobre la llama de una vela
En el Yoga, una de las formas de reenfocarnos y recuperar la concentración es practicar Dharana: la meditación sobre un punto fijo. Colocá una vela encendida de forma tal que quede en un lugar donde puedas verla con los ojos entrecerrados. Sentate en postura de medio loto, alargá la columna vertebral y relajá los hombros. Podés usar un almohadón bajo los isquiones para que la postura sea cómoda. Hasta que la vela se apague, llevá toda tu atención a la llama. Si nunca meditaste, empezá con una velita de cumpleaños, que dura dos minutos encendida, si ya sos una experta, hacelo con un velón de 30 minutos. Después podés anotar todas las ideas revolucionarios que fueron apareciendo durante este tiempo de volver al eje. No las pongas en práctica ahora, dejalas descansar y reevalualas cuando pase el momento de Eclipse.
¡Hasta pronto, brujxs de LatFem!
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