Llamala a Rosa: con o sin cuarentena se aborta en casa

¿Y en cuarentena cómo se aborta? ¿Qué sucede con los embarazos no deseados, involuntarios, inesperados, no planificados, inoportunos, insostenibles (objetiva o subjetivamente) en tiempos de aislamiento preventivo, social y obligatorio? Los llamados a las colectivas que integran Socorristas en Red crecieron en número y en duración. El aborto seguro es un derecho y un servicio esencial garantizado por el activismo feminista y socorrista.

“Buscá un lugar donde puedas estar tranquila. Es un día que te lo tenés que dedicar a vos, para estar atenta al proceso, nosotras vamos a estar atentas al teléfono. Puede ser tu casa, la de una amiga, una vecina o un familiar”, dice Rosa de Las Rudas en una charla en el patio de la Universidad de San Luis. Lo dicen también Las Mustias Rebeldes en Chubut. Lo repiten, desde hace años, las distintas grupas de Las Socorristas en Red.

Ese siempre fue el punto de partida: que las mujeres o personas gestantes pudieran encontrar el lugar donde se sintieran más seguras para interrumpir sus embarazos. En los espacios feministas el lugar seguro es un término que se utiliza en diversas ocasiones, como metáfora o como espacio topológico concreto. En vísperas de la cuarentena ese lugar seguro para abortar podía ser la casa propia, la de una amiga, une aliade, o cualquier espacio que se suponga libre de situaciones que puedan obstaculizar la práctica: familias que juzgan, parejas, agresores, vecines, locaciones sin acceso a agua, etc. También, y esto resulta fundamental, el lugar seguro se refiere a otras coordenadas que trascienden el espacio físico y que tienen que ver con estar acompañada: que alguien pueda estar ahí para acercar un té de manzanilla o una bolsa de agua caliente, saber exactamente qué tiene que suceder al realizar un aborto con medicamentos y, finalmente, alguien que del otro lado del teléfono pueda acompañar el proceso. 

¿Y en cuarentena cómo se aborta? ¿Qué sucede con los embarazos no deseados, involuntarios, inesperados, no planificados, inoportunos, insostenibles (objetiva o subjetivamente) en tiempos de  aislamiento preventivo, social y obligatorio? 

Spot radial “Estamos cerca” de Socorristas en Red

Verónica Bisdorff activa en Las Bomberas – Socorro Rosa, en la provincia de Salta, a mil kilómetros de distancia, en la provincia de Paraná, María Elena Ale es socorrista en Dora  te escucha. Ambas cuentan los desafíos que la situación actual les plantea a la hora de acompañar a mujeres y personas gestantes que deciden abortar. Forman parte de Socorristas en Red y coinciden en que dejar de responder a los llamados nunca fue una opción. 

Socorristas en Red, desde sus inicios en el año 2012, al igual que la Línea pública de Lesbianas y Feministas por la despenalización del aborto, acompañan a mujeres y personas gestantes a abortar con medicamentos. Proponen un modo de activismo de acción directa: un feminismo que dialoga con las instituciones pero que se corre todo el tiempo del tutelaje del Estado. Articulan con el sistema de salud, sobre todo con la Red de Profesionales por el Derecho a Decidir y exigen la legalización del aborto pero redoblan la apuesta al legitimar la práctica del aborto no solo dentro del sistema de salud, sino “en cualquier lugar”, como dice la canción feminista callejera. 

Durante el transcurso del 2019, las Socorristas en Red acompañaron 12.845 abortos seguros. La conclusión es clara y contundente: con información y acompañamiento, las mujeres y personas con capacidad de gestar pueden interrumpir sus embarazos de manera segura y autónoma. Sin embargo, el escenario actual complejiza la situación: ¿Qué significa hoy, en las coordenadas del encierro, un lugar seguro? 

Verónica Bisdorff explica que se fueron estableciendo acuerdos y estrategias provisorias en consonancia con las medidas del gobierno, pero que dejar de activar nunca fue una opción. Una de las estrategias que implementaron fue realizar encuentros virtuales y talleres mediante videollamadas. “El poder verte a la cara, ver quién está del otro lado, acorta distancias y ayuda a establecer un vínculo de mayor confianza, a calmar ansiedades y despejar miedos. Claro que no todas las personas tienen acceso a wifi o datos en su celular, en esos casos, es una llamada de línea”, dice Verónica. Además explica la importancia de acordar con la persona, previo a realizar el taller, dónde lo van a llevar a cabo, ya que muchxs no cuentan con un espacio de intimidad o privacidad. 

“En un mundo justo las niñas no son madres-Estamos cerca”, spot radial de Socorristas en red


Las Bomberas – Socorro Rosa empezó con el activismo socorrista en el año 2015 y  continúa hasta la actualidad. “Salta sigue siendo una provincia muy conservadora, las familias en muchas ocasiones no apoyan la decisión de abortar. En esos casos, el acompañamiento no se trata solo de brindar información, sino de generar las condiciones para que la persona no se sienta sola en el proceso”, cuenta Verónica y señala que desde que comenzó la cuarentena, las llamadas aumentaron y se volvieron significativamente más extensas. Para María Elena Ale el incremento en la cantidad y en la duración de las llamadas está vinculado con la urgencia subjetiva que experimentan las personas en este contexto en donde prima la incertidumbre y temor a no poder abortar en estas condiciones. 

En Paraná, a mitad de la noche, una mujer se levanta sigilosamente para no despertar al marido, que duerme a su lado, y se esconde en el baño. Ahí recibe el llamado de una compañera socorrista. Del otro lado del teléfono está María Elena, que recuerda esta historia como uno de los acompañamientos más complejos desde el inicio de la cuarentena. Las compañeras que están al teléfono emplean varias estrategias para sortear dificultades: desde brindar su nombre y apellido, dar información legitimada, contar la historia de la organización, hasta compartir experiencias de otras personas que abortaron. “Lo importante es hacerle saber que, más allá de que sus condiciones sean adversas, puede abortar y que otras personas en situaciones similares han encontrado la manera. Alentarlxs para que no piensen que su contexto es el peor, que alguna solución se va a encontrar”, sostiene Verónica. 

Estas redes feministas actualizan y encarnan el concepto de autocuidado, que trabajó Audre Lorde. La escritora feminista afroamericana  piensa el autocuidadocomo un acto de resistencia política, de autopreservación, ante un “mundo que te niega” y lo vincula con la creación de “comunidades frágiles” a partir de la experiencia de vivir bajo ataque. De la misma forma, las redes socorristas invitan a pensar otros modos posibles de hacer comunidad, de conmover el orden establecido, de producir alianzas que se multipliquen, que se fuguen de todo tipo de control o intento de disciplinamiento. También la escritora feminista Sara Ahmed piensa en este sentido:  la forma de luchar contra las estructuras no depende tanto del cómo, sino de con quién compartimos la batalla. 

Las posibilidades de acción se trazan entre el propio cuerpo y el lazo que se establezca con la persona al otro lado del teléfono. Hoy, más que nunca, la escucha y la palabra cobran un rol protagónico. Cuerpos individuales y colectivos se afectan mutuamente y en esa afectación yace una gran potencia, la de saber que no estamos solas en la decisión de abortar. Con o sin cuarentena, se aborta igual.

Campaña “Estamos cerca” de Socorristas en Red.