Los feminismos populares se hacen en red, suponen un quehacer colectivo. El repensarse y el accionar siempre es con otres, y es la única forma de construir desde la interseccionalidad. De hacer carne las diversas formas de existir y comprender los modos en los que el patriarcado se combina con otras formas de opresión, que se potencian en los lugares donde habitamos. Es justamente en el diálogo con otras experiencias de militancias, que se construye esta nota para retomar algunas de las principales dificultades que atravesamos quienes residimos en la región noroeste del conurbano bonaerense en este contexto, y las respuestas que supimos construir en comunidad, en aquellos lugares a los que el Estado a veces no sabe cómo llegar.
La semana pasada, el Instituto de Altos Estudios Sociales de la UNSAM publicó un mapa de accesibilidad a servicios básicos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), en el que se mide el tiempo que puede tardar una persona para acceder a un hospital público, una farmacia, un supermercado o un cajero automático, entre otros. Así se puede observar que los tiempos para acceder a algunos de estos servicios varían notablemente a medida que nos alejamos del centro del AMBA. Si bien existe una distribución bastante equitativa de supermercados, kioscos y almacenes, se observa que para llegar a un cajero automático o un hospital público una persona que vive en la zona de Malvinas Argentinas, San Miguel o José C. Paz (noroeste del conurbano) puede tardar más de treinta minutos caminando hasta estos servicios esenciales.
A estos territorios que habitamos marcados por las desigualdades socioeconómicas les tenemos que sumar aquellas que devienen de vivir a dos horas de distancia de CABA. En estas condiciones, la conformación de redes no sólo es una opción, es indispensable para garantizar el acceso a ciertos derechos. Eugenia Acosta, integrante del Frente de Mujeres Evita San Miguel menciona las desventajas históricas de las que partimos quienes vivimos, militamos, trabajamos y estudiamos en la región, y resalta que “las redes que supimos construir entre les compañeres del conurbano amortiguan bastante” la escasez de recursos.
En este contexto, el sostenimiento de las redes se enfrenta a la dificultad de sostener el acompañamiento y la cotidianeidad en algunas tareas sin poder recurrir a la presencialidad. El desafío que supone adaptar una forma de trabajo que predominantemente se basó y se basa en estar en la calle, en el barrio, donde la mayoría de las tareas que desarrollamos van de la mano del cuerpo a cuerpo y la manifestación en el espacio público.
¿Cómo se garantiza el acompañamiento a la distancia?
La respuesta inevitablemente va de la mano de la emergencia alimentaria, ya que es en ese contacto cotidiano en el que las organizaciones construyen la confianza y garantizan su presencia para facilitar un bolsón de mercadería o un plato de comida, al mismo tiempo que proveen una escucha atenta a les vecines que se acercan. Tal es el caso del Frente de Mujeres Evita de San Miguel que tuvo que multiplicar esfuerzos para sostener las ollas con más frecuencia para hacer frente a la creciente demanda del barrio; y la organización En Acción en Malvinas Argentinas que también reforzó la asistencia alimentaria y recurrió a las redes de solidaridad entre vecinas para hacer barbijos, descargar la mercadería y encontrar la forma de administrar recursos cada vez más escasos.
Es en esos encuentros en donde surgen los pedidos de asesoramiento frente a una situación de violencia en el hogar, donde se hacen manifiestas las expresiones de cansancio de aquellas que sienten la sobrecarga de las tareas de cuidado, y es también donde se terminan cubriendo otros emergentes que no estaban previstos, como conseguir medicamentos o anticonceptivos cuando los centros de salud barriales ya no pueden cubrir la demanda de la zona.
El aislamiento también generó la necesidad de buscar y pensar formas nuevas de manifestarse en nuestros territorios, lugares donde el ruidazo diario de las 21 en apoyo al personal de salud nunca llegó, donde fuimos muy poques les que pusimos nuestros pañuelos blancos el 24 de marzo pasado y donde las proyecciones pidiendo justicia por Ramona no existieron. En el marco de estas discusiones y de cara al último 3 de Junio, la Asamblea Feminista Conurbana Noroeste decidió levantar la consigna “Ni Una Menos en los barrios y junto a las ollas” para acompañar dos, de las tantas, ollas populares que las organizaciones que forman parte de la Asamblea sostienen, diariamente, desde el comienzo de la emergencia social y alimentaria.
El acceso al sistema sanitario y la Interrupción Legal del Embarazo
En el “Conurbano en cuarentena II”, segundo relevamiento realizado por el Instituto del Conurbano de la UNGS, se retoman los dichos de diferentes referentes de organizaciones sociales del conurbano, que manifiestan su preocupación frente a las dificultades que se experimentan en distintas zonas para acceder al sistema de salud, situación que empeora en los barrios más vulnerables. Las especialidades médicas, por ejemplo, fueron interrumpidas en la mayoría de los establecimientos médicos de los municipios de la zona noroeste, para priorizar casi exclusivamente la atención de urgencias.
Sandra Hoyos, integrante de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito Noroeste (NOE), cuenta que, con el aislamiento, aumentaron las consultas y pedidos de acompañamiento para realizar interrupciones de gestaciones, al mismo tiempo que estas consultas llegan en etapas cada vez más avanzadas de la gestación (entre las ocho y las diez semanas). Esta situación está asociada a la crisis del sistema de salud en la zona, las dificultades para acceder a métodos anticonceptivos en el contexto de aislamiento, la pérdida de ingresos, la falta de información y las relaciones sexuales forzadas en el marco de la violencia de género y las violaciones al interior de las parejas. En este contexto, la Campaña NOE, que trabaja en conjunto con el Espacio de Género Integral de José C. Paz, parte de la premisa de que si analizamos las causales todo aborto es legal. De esta forma, asesoran y acompañan a quienes solicitan ayuda, “para que ese aborto sea cuidado, seguro, y que eso les permita poder seguir proyectando sus vidas”.
Respuestas de las organizaciones y las militancias frente a las violencias
Desde el comienzo del aislamiento, las organizaciones feministas y transfeministas venimos advirtiendo sobre el aumento de las violencias contra mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries, situación que se vio reflejada en la creciente demanda de asistencia a las organizaciones. Según el Observatorio Ahora que sí nos ven, en la primera mitad del año se registraron 162 femicidios y transfemicidios en todo el país. En Malvinas Argentinas, en abril, una militante trans de Grand Bourg fue atacada por un hombre cis que vivía cerca de su casa. La causa fue encarada como intento de travesticidio; ante esto, organizaciones y activistas de la zona activaron las redes de cuidados para asistir a su compañera.
En este contexto, la Asamblea Feminista Noroeste resolvió elaborar recurseros para sistematizar y difundir la información sobre a quiénes y dónde recurrir en caso de sufrir violencia de género en el territorio. Estos materiales gráficos, que se encuentran disponibles en sus redes sociales, recopilan contactos tanto municipales como de las organizaciones que conforman la Asamblea, cuenta Lucía Veronesi (integrante de las Murgueras del Noroeste y de Insurgentes – Colectiva Feminista UNLu). Por su parte, Fabiana Leoni de En Acción, señala que a partir del aislamiento comenzaron a llegarles pedidos de ayuda de mujeres que no tenían un vínculo previo con la organización, pero que necesitaban ayuda para reclamar la cuota alimentaria para sus hijes, ya que se habían separado de sus parejas por las agresiones que sufrían. Frente a estos emergentes, resolvieron fortalecer los bolsones de mercaderías para esos hogares monomarentales, a la vez que se movieron para facilitar información sobre los recursos con los que cuenta el municipio ante estas problemáticas.
Las redes feministas y el Estado
Luana Marian López Reta, militante trans por los derechos humanos del colectivo LGBTIQ+ en Malvinas, cuenta que gracias a la articulación entre diferentes organizaciones, garantizan la entrega de bolsones con alimentos a compañeras trans, resuelven distintos tipos de conflictos que afectan al colectivo, sobre todo cuando las respuestas de los gobiernos locales no son suficientes. Incluso pudieron asistir una situación de emergencia habitacional y gestionaron la donación de ropa y electrodomésticos para una familia que había sido desalojada en pleno aislamiento. “Estoy convencida de que, si algo tiene de positivo esta situación que nos toca vivir, es que saldremos de esto con una red enorme, fuerte y con total capacidad de responder a cualquier situación que nos toque enfrentar”.
El Estado cuenta con múltiples herramientas a nivel nacional, provincial y local, pero en la mayoría de los casos, existen trabas que complican el acceso a estos recursos o que en muchos casos entorpecen la posibilidad de resolver un conflicto de manera urgente. Asimismo, las voluntades políticas varían enormemente entre los distintos niveles, sobre todo a nivel local, donde existen notables diferencias en la forma en la que cada municipio aborda lo relativo a las violencias, la diversidad y la salud sexual. Así las organizaciones terminan recurriendo a la articulación con otres y la resolución desde la autogestión de recursos propios, en palabras de Lucía, “son las redes feministas las que están en esos grises, en donde siempre hay un contacto, en donde hay una compañera para abordar lo que la formalidad de los espacios del Estado no logra llegar”.
Los feminismos populares conurbanos poseen un saber experto que da cuenta de un recorrido histórico, un conocimiento del territorio y de las poblaciones que es irremplazable. Todo esto se jugó y se juega en el día a día para dar respuesta a las emergencias y da cuenta de una construcción que está en movimiento constante y es mucho más que la sumatoria de sus partes.
Para colaborar con la organización En Acción:
Transferencia Bancaria
Banco BBVA Francés
Fundación Actuar Hoy
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CBU: 0170044220000000144816
N° de cuenta: 044-001448/1
Suscripción mensual con tarjeta
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