Lucía Tacchetti, la elegida del futuro

La música bahiense fue elegida como la ganadora en una reconocida competencia global que organiza una marca de zapatillas de skate. Su presencia en el escenario y su sonido personal fueron determinantes. Romina Zanellato charló con ella sobre su disco, el concurso y la devolución de Anderson.Paak, uno de los jurados. Descubrila acá.

“Hoy no estoy para vos, ni para nadie”, dice Lucía Tacchetti en la canción que da inicio a ELETÉ, su último disco. Lo cierto es que está para las grandes ligas, y una estrella del pop internacional así lo definió. Es que Anderson.Paak la eligió en un certamen musical donde se presentaron más de 20 mil participantes del mundo, y lo hizo por su personalidad y su carisma en el escenario. Lucía, esta música de Bahía Blanca de 30 años, de cabello naranja y cejas negras, que hace equilibrio sobre la punta de sus zapatillas en la tapa del disco, parece haberse convertido en el secreto mejor guardado de la música argentina. 

En diciembre, Lucía fue la única latinoamericana que llegó a la final del Vans Musicians Wanted de la región América, y fue coronada la ganadora de la competencia global. Desde hace años, la marca de zapatillas es una plataforma que impulsa a bandas y las da a conocer. Lo más lindo de la experiencia de Lucia, es que el jurado que la evaluó estuvo compuesto por Anderson.Paak, quien al escucharla cantar le gritó en español “muy bien nena”, junto a otros músicos menos conocidos para nosotres, como J.I.D, Bohan Phoenix, Nilüfer Yanya y Tierney Stout. Como premio, este año va a viajar a Ciudad de México y va a compartir escenario con él, una de las figuras nuevas más fuertes de la música global.

“Siempre está bueno exponerse a estas situaciones que son difíciles, donde un jurado hable de vos”, dice Lucía Tacchetti a LatFem, días antes de que termine el pandémico 2020. “Vino a darme visibilidad y emoción, ver la reacción de Anderson.Paak bailando y los corazones que salían de su cabeza… ¡Es un regalo increíble! Ayuda a seguir avanzando en la música”.

Para la final, cada participante grabó dos canciones desde su país, en el aislamiento por el Covid-19. Lucía grabó “Apagón” y “Laberinto”, canciones de su último disco, en el estudio porteño Romaphonic. Mientras lo veían, les jurades opinaban sobre su performance. “Me gusta porque va construyendo ella misma su música”, dice alguien, mientras que otro agrega: “Pensé que era un grupo, pero es sólo ella, es tan fuega, necesito aprender su idioma así entiendo lo que dice”. La eligen por la construcción de su sonido y su identidad, clara y reconocible en sus melodías.

“Eso es lo que más me enorgullece, porque es una búsqueda que tengo desde hace muchos años, la de definir quién soy, cómo me paro en el escenario, qué música quiero hacer”, dice. Su ambición es que al escuchar una canción al azar puedas saber que es de ella. “Es algo que se va construyendo día a día. Como artista es importante para mí tener ese eje, saber quién soy, qué me define”.

En ELETÉ, su último y segundo disco, que salió durante el 2020, están las estructuras de lo que se puede describir como su marca personal. Empieza con “Apagón”, canción que marca el ritmo de su sonido electrónico y su prosa íntima, simple y millenial. Lo que se escucha cuando se le da play a su música es una base de teclados y secuencias sobre una voz atravesada por las máquinas. Las canciones transforman lo chiquito, lo cotidiano, los sentimientos más microscópicos en un electropop emocional, a veces bailable y a veces introspectivo. “Me apago, me enciendo. Todo detenido está, como polvo por aterrizar. Me pierdo, me encuentro”, dice en “Todo está donde lo dejé”, donde relata un llamado trunco, ella quiere hacer un videollamada pero él no la escucha, la distancia y la tecnología se interpone y prevalece una sensación de soledad, de ausencia, una tierra fértil (aunque triste) para el autoencuentro.

“Este es un proyecto muy personal e íntimo. Compongo desde mi casa, produzco y armo todo con diferentes instrumentos. En la electrónica descubrí mucha libertad y esa libertad me gusta”, dice Lucía, que en sus orígenes estaba más vinculada a la canción acústica, y con el tiempo encontró su camino a través de la electrónica, que a su vez ella relaciona con su primer acercamiento a la música, a través del piano.

“A la hora de componer me la paso buscando cómo empezar una canción de maneras diferentes, si empezarla con un bajo o con un ritmo, cómo hacerlo desde la letra, intento cambiando todo el tiempo. Soy muy curiosa y me gusta desarrollar la creatividad desde esos lugares, desde el núcleo de mi casa y después trasladarlo al vivo, hay mucho de mi proceso de producción y composición en el vivo”. 

La intimidad, el cuaderno de notas, la habitación compositiva, la exploración con los sonidos, las máquinas, los efectos, los sintetizadores, la luces reflejadas en la ropa-el pelo-el maquillaje, la capa sobre la capa, sobre la capa. “Estoy enfocada en tener el mejor show posible, que entren a mi intimidad y vean como voy creando las cosas”.

Su disco lo presentó online en un show on-demand en Niceto, pero no cabe duda de que ni bien se pueda volver a escuchar música en vivo, poner a disposición del baile el cuerpo, Lucía Tacchetti se encontrará con su público. Mientras tanto, la música.