María Eugenia Catalfamo: “Sueño con una revolución de las juventudes, como ha sucedido con las mujeres”

Desde el año pasado la senadora más joven de la Cámara Alta impulsa un proyecto de ley para la creación de la Comisión de Juventudes en el Senado. En 2019 perdió estado legislativo pero ahora tiene un nuevo dictamen y la puntana tiene toda su expectativa puesta en que llegue al recinto. 

María Eugenia Catalfamo es la senadora más joven de la Cámara Alta y forma parte de un grupo minoritario: sólo hay tres senadoras sub 35 como ella. Es que para ocupar una de las 72 bancas del Senado es necesario haber cumplido 30 años, según la Constitución Nacional. El promedio de edad en esta Cámara siempre fue alto: hoy el número es tres veces los años de vida de la legisladora porteña Ofelia Fernández. Con el último recambio no se incorporó nadie menor de 35 años. 

La vida política de Catalfamo está marcada por su herencia peronista familiar. Estudió Comunicación Social en la Universidad Nacional de Córdoba y trabajó en el área de prensa del gobierno de San Luis. En 2015, fue jefa de comunicación de la Universidad de La Punta, y en mayo de 2017 se convirtió en secretaria de Juventud del gobierno de esa provincia.

Desde el año pasado impulsa un proyecto de ley para la creación de la Comisión de Juventudes en el Senado. En 2019 perdió estado legislativo pero ahora tiene un nuevo dictamen y la puntana tiene toda su expectativa puesta en que llegue al recinto. Argentina es el país con mayor desocupación joven en toda la región. En los últimos años los feminismos lograron abrir discusiones en las que las juventudes son protagonistas. Por ejemplo, el 75,5% de lxs adolescentes y jóvenes encuestadxs para la investigación Rompiendo Moldes está a favor de que el aborto sea legal, seguro y gratuito. Sin embargo, el Senado que impidió hace dos años la posibilidad de una ley parece no ser representativo de estas demandas. Una conversación sobre juventudes y política con la senadora que sueña “con una revolución de las juventudes, como ha sucedido con las mujeres”.

—Joven, feminista y peronista, ¿Cómo fue llegar a uno de los espacios más resistentes a las juventudes de la política?

—Asumí en diciembre del 2017 con 30 años, que es la edad mínima que podés tener para ser senadora nacional. La verdad es que para mí fue un enorme desafío y una situación que no me la esperaba para nada: tener que asumir acompañada de tres expresidentes, más de diez ex gobernadores. Todas personas, de verdad, con una experiencia inmensa de las cuales aprendo todos los días, tanto de las senadoras como de los senadores. Cuando ingresé al Senado de la Nación pensé que me iba a ser muchísimo más difícil, pero la contención, sobre todo de los compañeros y compañeras peronistas, es enorme. Tengo una muy buena relación con las mujeres del Senado, también con los varones, claro. Existe una camaradería muy linda de poder realizar un verdadero trasvasamiento generacional. Creo que es sumamente importante que las instituciones en general, no solamente en el ámbito legislativo nacional, sino también en las provincias, los municipios, en los concejos deliberantes y en las gobernaciones, las juventudes podamos empezar a aportar nuestra mirada. Tenemos una mirada de la realidad que es específica de lo que sucede siempre, quizás teniendo al menos de nuestra parte de los que somos peronistas, tendiendo a las cuestiones de los más vulnerables. 

Tengo un equipo que es muy joven. Son todos chicos y chicas de distintas provincias, muy jóvenes, muy pujantes, revolucionarios. Siempre tenemos ganas de hacer cosas distintas. Los y las jóvenes nos parecen uno de los sectores que más va a sufrir con esta crisis sanitaria, económica y social que estamos atravesando con la pandemia.

—Uno de tus proyectos tiene que ver con la creación de una Comisión de Juventudes, en plural, en el Senado. ¿Por qué es necesaria una Comisión específica?

—Hoy todo lo que tiene que ver con problemáticas de los y las jóvenes se trata en la Comisión de Población y Desarrollo. Una comisión que, además de tratar esas problemáticas, tiene en cuenta los problemas de los adultos mayores, algunas cuestiones de género, las de discapacidad. Bueno, es como una comisión súper amplia y creemos que ya de por sí las juventudes las atraviesan distintos temas y por eso hablamos de juventudes en plural. Por ser un grupo sumamente heterogéneo que vive situaciones diarias realmente conflictivas. No solamente con el acceso al empleo, sino también con lo que tiene que ver con la terminalidad educativa, con el acceso a la salud y con el acceso a la vivienda, por ejemplo. Entonces, proponemos la creación de la Comisión de Juventudes que sea, que se encuentre de manera permanente en el Senado de la Nación, que sea una comisión permanente como las otras.

—¿En qué estado se encuentra el tratamiento del proyecto?

— Para tener una Comisión de Juventudes hay que modificar el reglamento y llevarla al recinto, para lo cual necesitamos dos tercios de los votos de la Cámara. La Comisión ya tuvo tratamiento en la Comisión de Asuntos Constitucionales, que es donde corresponde tratarla, y ahí tuvimos el dictamen. Pero bueno, ahora hay que llevarla al recinto. Necesitamos obviamente los consensos políticos suficientes para que esto pueda salir bien. 

— El año pasado presentaste, también, un proyecto de Ley Nacional de Juventudes, ¿Cómo está Argentina en materia de leyes que protegen a este sector de la sociedad?

—En verdad, desde el año 1983 hasta hoy se han intentado desarrollar distintas iniciativas integrales sobre una ley nacional de juventudes. Es como si los consensos políticos estuvieran, pero lamentablemente nunca se sancionó. Nos regimos por diferentes normativas. No hay como un compendio de todas ellas por diferentes normativas que sobre todo surgieron desde el año 2003 hasta 2015. Te diría en ese período donde sí se le prestó un poco de atención, mayor atención a las dudas de nuestro país. Después, lamentablemente, en los últimos cuatro años no funcionó prácticamente nada respecto de los jóvenes. Siguieron adelante algunas algunas ayudas, como las becas Progresar. 

La verdad es que tenemos que tener en cuenta que las juventudes están atravesando distintos condicionamientos sociales, históricos. No es lo mismo lo que les sucede a un pibe hoy que lo que le sucedía a un pibe hace diez años atrás. La situación ha cambiado y necesitamos actualizar la normativa. Por eso proponemos esta Ley Nacional de Juventudes que busca establecer todos los derechos que tienen las juventudes de nuestro país. ¿Cuáles son los deberes que tiene el Estado para con esas juventudes? Además, pensamos en la creación de un organismo a nivel nacional, la Secretaría Nacional de Juventudes y el Injuve, dos organismos que ya existen, pero proponemos con la ley darle mayor fuerza a ese Instituto

— Así como tuvimos una ley de cupo y luego otra de paridad para que aumentara la participación política de las mujeres, lesbianas y mujeres trans el Congreso, ¿Es posible pensar en una ley de cupo joven?

—Sí. Hay algunas organizaciones que ya están trabajando en el tema y hemos decidido que vamos a esperar su propuesta porque si les interesa tenemos todo el interés, valga la redundancia, de acompañarlo. Por supuesto que nos encantaría, porque creo que no es solamente en el ámbito legislativo. En todos los ámbitos electorales tienen que participar las juventudes, porque son las que van a transformar el futuro de nuestro país, las que van a transformar nuestro país para generar un mejor futuro para las nuevas generaciones. Y esto es una cadena que no puede toda la vida gobernar una persona o gobernar personas que no se fijen en lo que sucede con los y las jóvenes. Nos parece fundamental poder hacer crecer las capacidades de este sector para que puedan involucrarse en la sociedad. 

Sinceramente sueño con una revolución de las juventudes, como ha sucedido con las mujeres. Las mujeres hemos marcado un camino de ida en nuestro país, particularmente con el Ni una menos. Todos y todas sabemos lo que significó esa lucha que después fue replicada en todo el mundo y fue gracias a lo que veíamos de las mujeres en nuestro país. Es espectacular que sucede en Argentina y por qué no pensar en una revolución de las juventudes de esta forma pedir por la ampliación de derechos para los y las jóvenes.