Nathy Peluso: “Mi personaje no es uno solo, van apareciendo diversos”

La sandunguera desarrolla su carrera en España, desde donde conversó con LATFEM. El encierro para una artista, su ultima canción y las mil caras de Nathy Peluso en esta charla.

La propuesta musical y estética que compone Nathy Peluso, la distingue como una de las más importantes protagonistas de la escena actual. En ella confluyen el groove, la seducción, el swing, la rima filosa, el candombe, el empoderamiento, el hip hop, el sexo, el teatro, la salsa y la huella de su danza, con su natural impronta sandunguera. En 2019 escribió su primer libro “Deja que te combata” (Editorial Planeta). Y este año la encuentra en Barcelona cantando “Buenos Aires”, su nueva canción y adelanto de su nuevo disco.

—¿Cómo estás viviendo el confinamiento? 

—Tengo suerte de estar muy bien, trabajando. Bien capricornio. No perdí ni un momento: estuve entrenado como una loca, me armé el estudio, empecé a producir y en cuarentena terminé “Buenos Aires”. Se venía fraguando hace tiempo y escribí los últimos versos, terminé de ajustarla, la masterizamos y decidí sacarla porque daba perfectamente con el momento. Casi todas los temas que hago son con un ánimo performático, pero Buenos Aires es de las canciones menos performáticas que he hecho, porque si bien forma una pieza artística es algo muy íntimo. Es algo más cerca de mi humanidad, más Natalia.

—¿Cómo fue la grabación en el mítico estudio La Diosa Salvaje, de Luis Alberto Spinetta?

—Me vi envuelta en la experiencia, todo se fue dando hasta que terminamos en La Diosa grabando esta hermosa pieza con una melancolía hermosa. Fue un ritual muy lindo y una experiencia muy familiar: vino Vera (Spinetta) a visitarnos para conocer cómo había quedado el tema. Le tengo mucho cariño a la familia Spinetta. Y grabar ahí terminó de consolidar esa unión.

—Resulta novedoso escuchar tu repertorio por cómo lográs confluir y hacer presente diferentes géneros de la historia de la música afroamericana ¿Qué lugar ocupa en vos la influencia de esos estilos?

—A todas mis influencias, siempre que compongo, les rindo mucho respeto: sin ellas y sin la música que hicieron nuestros antepasadxs no haríamos la música que hacemos ahora. Constantemente la música que hacemos es una reinvención, un experimento dentro de lo que nos apasiona. Y soy una enamorada de la música negra, una fanática absoluta y siempre intento rendirle mi culto, mi homenaje, mi pasión, fusionando con quien yo también soy y de donde vengo. Me vuelve loca desde la comparsa, hasta el tango, el hip hop, la bossa nova, el soul, el folclore. Entonces como compositora lo que siento es que tengo que reunir todo eso y fluir ahí adentro, no elegir nada en concreto: lo que vaya pintando, ir gravitándolo a full. La verdad eso es lo que hasta ahora he hecho y lo que pretendo seguir haciendo: jugar con todo eso que me compone.

—En tu anterior single “Business Woman” rapeás: “Mira cómo se te caen/los billetes sin tocarme/Soñaste conmigo/Quién cojones eres tú/ Nadie te pidió permiso/Veo tu cara aplastada/De gusto en el piso/ Me llaman porque soy una business woman/ Tengo negocios que dirigir yo sola/Hago guita desde que nací bien piola”, una poderosa declaración de principios frente a la industria ¿Cómo surgió?

—Siempre las letras me suelen bajar como canal, muy rápido, no son letras que reposo, que les doy días, meses de escribir. Normalmente me sucede que en un momento escucho un ritmo y escupo todo lo que me viene de golpe. Si te das cuenta es una canción que dentro de la métrica, dentro de la coherencia de sílabas y rimas, a veces no respeta mucho lo que normalmente se haría y eso es porque intento ser fiel a la primera bajada de frases que me vienen. Business Woman la escribí muy rápido, yo tenía un ritmo, como en quince minutos agarré la lapicera y luego intenté improvisar todas esas palabras, esas frases que me bajaron en el micrófono y salió con esa forma. Si prestás atención es un modo un poco incoherente a veces de rapear pero me gusta que así sea. Elijo respetar la improvisación, porque tiene algo de magia que es irrepetible. Luego obviamente le doy a algún matiz pero compongo mucho desde la primera toma. Y además experimentar con diferentes maneras de rapear. Incluso qué personajes habitamos al cantar, qué sonidos ponemos en la voz, todo forma parte de la composición. No solo la letra sino hasta el acento que pongas: trabajar con el acento desde un lado sonoro, como si fuera un instrumento es algo que a mí me fascina. Todo eso forma parte de la composición. De Business Woman y de todas las canciones que hago. Estudié teatro, performance y es inevitable que todo eso que me compone luego se vea reflejado en la construcción de mi personaje, que no es uno solo, sino van apareciendo diversos. No comprometerse sólo con una figura sino ir habitando varias, ir caricaturizando, jugar con todo eso. 

—Estudiaste Pedagogía de las artes y comunicación audiovisual ¿Qué herramientas te dio para desarrollar lo que estás haciendo ahora?

—Sobre todo la carrera Pedagogía de las artes visuales y danzas me dio muchas herramientas para vivir la improvisación desde la seguridad, sabiendo que lo que salga si bien quizás no es tan bello para lo que queremos ver, es interesante y propone cosas que desde la teoría no aparecen. Gran parte de mi composición musical, de personaje y en vivo, todo se basa en la improvisación y esa es una herramienta que me brindó estudiar eso. Y luego mucho back de data. La danza me preparó muchísimo el cuerpo.  Siento que formarse no es obligatorio pero si te sentís cómodx y feliz formándote, es una herramienta que siempre te va enseñar cosas que te sorprenden.

—¡La venganza de las nerds! Es curioso que formarse no siempre haya sido bien visto en este ambiente. 

—Sigue siendo un poco así, ahí está la seguridad en uno mismo tener el foco bien claro a dónde querés ir. No importa lo que digan. Hay que estudiar lo que uno quiera y no hace falta ir a una universidad. Unx puede estudiar con la simple experiencia, estás estudiando de vos mismo. Es impresionante lo que se aprende viviendo. Es una universidad, de la más fuerte. Pero luego si podés compaginar con maestros que te nutran de sus experiencias, sos un superhéroe.

—Hablando de aprender: cuarentena en Barcelona ¿Qué aprendiste?

—Fue un crecimiento de golpe. Estuve toda la cuarentena sola y viste que la soledad si bien es dura, es muy poderosa, para una mismx estar solx ¡Cuánto se aprende! Uno pensaría que no, que se aprende todo el tiempo estimuladx, con vínculos. Y sí se aprende, pero solx se aprenden otro tipo de cosas y se reflexiona mucho. Revisé mucho mi interior y me siento muy nutrida y ahora con muchas ganas de ponerlo en práctica con los vínculos. A veces unx tiene que ponerse a pensar solx, descontracturar muchos nudos internos, revisar, tomarse el tiempo, y luego ya estamos preparadxs para relacionarnos. En mi caso, estuvo bueno parar toda la vorágine del stress y decir: “¿Quién soy? ¿Por qué hago ésto? ¿Cómo me estoy relacionando?” Y revisarnos. Che… no seamos vagxs, ya que se nos ofrece este momento hagamos la labor de escucharnos.