El presidente de la Nación argentina, Alberto Fernández, la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta; el ministro de Trabajo, Claudio Moroni; el presidente de Banco Nación, Claudio Heckert y la titular de AFIP, Mercedes Marcó del Pont, anunciaron Registradas (Recuperación Económica, Generación de Empleo e Inclusión Social), un programa que promueve la reducción de la informalidad en el sector de las trabajadoras domésticas de casas particulares, garantizando su acceso y permanencia a un empleo registrado.
“Estamos absolutamente convencidas y convencidos que la reactivación económica tiene que ser mirada desde una perspectiva de género y debe incluir centralmente a los sectores en donde las mujeres somos mayoría”, remarcó Gómez Alcorta en la conferencia de prensa realizada en Casa Rosada este lunes al mediodía. En el país, el trabajo en servicio doméstico es el más informal de toda la economía, tiene los niveles de salario más bajos y es el más feminizado: el 99,3% de quienes se dedican a esta actividad son mujeres.
Además, la ministra señaló que el programa “implica un apoyo concreto para las trabajadoras de casas particulares y también para la economía del cuidado”. Por su parte, Carmen Brítez, secretaria de la Unión Personal de Auxiliar de Casas Particulares, en diálogo con Radio Provincia, señaló que “es muy importante que se hagan campañas de registración” dado que pese a la sanción de la Ley 26.844, sancionada en 2013, “sigue siendo muy bajo el número de registros”.
Registradas y bancarizadas
En una apuesta por reducir la informalidad en el sector de las trabajadoras de casas particulares y garantizar el acceso y permanencia en un empleo registrado, a través del programa Registradas el Estado nacional subsidiará entre un 30 y 50% del sueldo a las trabajadoras durante seis meses consecutivos, mientras la parte empleadora debe registrarlas y pagar sus aportes, contribuciones, ART y el porcentaje del sueldo restante.
El aporte del Ejecutivo está destinado a las trabajadoras que tengan una dedicación de 12 horas semanales o más, lo que impacta directamente en un tercio (35,2%) de las trabajadoras de casas particulares que poseen pluriempleo, según el informe Condiciones de empleo, trabajo y salud de Trabajadoras Domésticas de Casas Particulares que publicó el Ministerio de Trabajo de la Nación en abril de 2020.
Además, se abrirá una cuenta sueldo gratuita a nombre de la trabajadora en el Banco Nación por donde se le transferirá el sueldo. La directora de Género del Ministerio de Economía, Mercedes D´Alessandro, resaltó que este punto es importantísimo ya que permite que las trabajadoras puedan estar bancarizadas. “No se trata de una cuenta de protección social, sino que es una cuenta que permite acceso al crédito, al financiamiento y a instrumentos financieros”, dijo en una entrevista con Radio Nacional.
Por su parte, Gómez Alcorta hizo también hincapié en la importancia del programa en familias de sectores medios: “Apuntala a un sector que hasta ahora no tenía incentivos para la formalización y contratación de trabajadores y trabajadoras de casas particulares. Hasta ahora los únicos que tenían incentivos concretos para formalizar eran quienes podían deducir los costos de su declaración de impuestos a las ganancias”. La ministra agregó que el programa “apunta a las familias que tienen ingresos inferiores a los 175.000 pesos, contribuyendo al alivio del bolsillo de muchas familias que no pudieron sostener la estructura del cuidado en la pandemia”.
Registradas otorga un derecho fundamental para el 70% de las trabajadoras de casas particulares no registradas, alivia el bolsillo de algunas familias y promueve a que muchas mujeres puedan salir al mercado laboral en un contexto en el que la crisis de los cuidados se potenció y con ella las consecuencias en quienes siempre terminan siendo responsables de estas tareas. Se trata de una política fundamental para las 300.000 trabajadoras que perdieron sus empleos como consecuencia de la pandemia y donde la recuperación llega a paso lento. Al respecto, Brítez aseguró que “hubo muchos despidos y empleadores que no cumplieron con el salario”.
Formalización, bancarización y política de ingreso
Marcó del Pont agregó que, además de una política de formalización y de bancarización, “se trata de una política de ingreso que se articula con un conjunto de decisiones que ha venido asumiendo el gobierno nacional como el aumento del salario mínimo vital y móvil, la subida a 175.000 pesos del umbral por la cual no se paga el impuesto a las ganancias, como es la exitosa colocación del crédito a tasa cero para monotributistas”.
Por otra parte, en la presentación del programa, la titular de la AFIP remarcó que un dato relevante para las trabajadoras de casas particulares es que “no va a haber incompatibilidad con programas, como la Asignación Universal por Hijo, Asignación Universal por Embarazo, Tarjeta Alimentar, Progresar, Potenciar Trabajo, Acompañar, entre otros”.
En Argentina, 1,4 millones de personas realizan trabajo doméstico en casas particulares. En total, representan el 8,1% del total de la población ocupada del país y el 17,4% de las mujeres trabajadoras. Se trata de una actividad casi exclusivamente realizada por mujeres (99,3%) en donde casi la mitad de este total (44, 2%) son jefas de hogar, un dato que toma mayor relevancia en el marco de la crisis económica por la pandemia de COVID-19.
Vayamos a los datos
En Argentina, 1,4 millones de personas realizan trabajo doméstico en casas particulares. En total, representan el 8,1% del total de la población ocupada del país y el 17,4% de las mujeres trabajadoras. Se trata de una actividad casi exclusivamente realizada por mujeres (99,3%) en donde casi la mitad de este total (44, 2%) son jefas de hogar, un dato que toma mayor relevancia en el marco de la crisis económica por la pandemia de COVID-19.

El informe “Condiciones de empleo, trabajo y salud de Trabajadoras Domésticas de Casas Particulares” del Ministerio de Trabajo reveló que un 64,8% trabaja en una sola casa donde realiza sus tareas y que el 35,2% posee pluriempleo (trabajo doméstico en otro domicilio o en otra actividad). Además, casi 8 de cada 10 trabajadoras (el 76, 8%) de casas particulares son informales, dejando en evidencia la altísima informalidad de un sector clave para el funcionamiento del tejido productivo y la sostenibilidad de muchos hogares de ingresos medios y altos.
Las trabajadoras domésticas en casas particulares tienen en el país un alto grado de vulnerabilidad en términos de contratación. El nivel de informalidad es el más alto de la economía y condiciona no solo el acceso presente de las trabajadoras a derechos como obra social, seguro de accidentes y licencias, sino también la capacidad futura de subsistencia dada por los aportes jubilatorios.
¡Menos cháchara y más acción, por favor!
Tras el anuncio del programa, no tardaron en llegar algunas críticas respecto a que esto beneficia a quienes no estaban cumpliendo la ley y que, nuevamente, se trataría de un beneficio para unos pocos.
Sin embargo, nos surgen preguntas como: ¿Qué habría que hacer? ¿Embargarles el sueldo a quienes no cumplen? ¿Imputarles una deuda por los años no registrados? Es una opción, dudamos que sea el momento. Pero veamos desde otra óptica el argumento de quienes ven con desconfianza esta medida o saltan como leche hervida. ¿Por qué nadie pone el grito en el cielo cuando las medidas de alivio implican a trabajadores y empleadores como lo hace el Programa de Recuperación Productiva (REPRO)? La respuesta, una vez más, no les sorprenderá: el trabajo doméstico pareciera no ser trabajo para muchos y todavía hoy muchas trabajadoras de casas particulares son definidas como “la chica que me ayuda”.
Además, como señaló el director de Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo (CETyS), Matías Maito, la inestabilidad del trabajo en casas particulares se mostró con toda crudeza, acá y el resto del mundo, especialmente en América Latina.

Maito agregó que desde el Ejecutivo Nacional se llevaron adelante medidas de sostenimiento de empleo, fundamentalmente, para trabajadoras y trabajadores formales. A partir de Registradas se busca alcanzar a ese gran grupo de mujeres trabajadoras, mayormente, precarizadas.
Avanzar en estrategias para lograr una mayor inclusión de este sector feminizado no es solo un subsidio a quienes mantienen contrataciones irregulares, sino más bien, gestionar en pos de otorgar más derechos fundamentales a las trabajadoras y empleadoras que se encargan de las tareas para la sostenibilidad de la vida. Por eso, Registradas es más que un reconocimiento económico, es revalorizar las tareas de cuidado en un doble movimiento: desprivatizar y desfeminizar. Insistimos: recuperación económica y agenda económica van por el mismo carril. Es, frente a la crisis actual: hacer más que decir.