Mientras que en la primera jornada la invitación del gobierno fue a legislar con la realidad, en la segunda reunión de la plenaria de comisiones de la Cámara Baja para debatir los proyectos sobre aborto, la discusión tuvo mucho de ficción, relatos fantásticos y algunas mentiras que no hacen más que embarrar el debate y volverlo un déjà vu de 2018. El cambio en el cronograma con el agregado de 20 expositores más, por presión de los grupos opositores, parece ser una estrategia de dilación. Sin embargo, la fecha del 10 de diciembre sigue firme, por el momento. El 9 se firmaría el dictamen y al día siguiente el pleno del recinto votaría en un formato mixto en el que la regla será la presencia y la excepción la conexión remota.
Para la segunda reunión llegó desde Tucumán el responsable de la comisión de Salud, Pablo Yedlin, que fue el encargado de moderar la mayor parte del intercambio, junto con Cecilia Moreau, titular de Legislación General; la titular de la comisión Mujeres y Diversidades, Mónica Macha y Carolina Gaillard, de Legislación Penal. En el Salón Delia Parodi dijeron presente Silvia Lospenatto y Brenda Austin, parte del articulado de las sororas que empujó la sanción de hace dos años.
A los aprietes que sufrieron el diputado radical Facundo Suárez Lastra y la familia de la legisladora del Frente de Todxs Carolina Gaillard estas semanas, ahora se sumó el hostigamiento virtual a través de correos electrónicos. “No vamos a tolerar esta situación. Van a ser denunciados e investigados, vengan de donde vengan y vayan hacia quién vayan así que no pierdan más el tiempo”, dijo Moreau ayer.

La disputa retórica en las exposiciones es clara: se va a hablar de las mujeres y personas gestantes como sujetxs de derechos o el foco se va a poner en los embriones/fetos y a las mujeres se las va a seguir viendo como incumbadoras con el único destino de maternar. La puja entre un encuadre sanitario que de una respuesta a un problema de salud pública y una mirada religiosa de sesgo moral, también. El problema es la sobrerepresentación de los discursos que se oponen, que plantea el formato del debate colocando en situación de paridad a las posiciones a favor y en contra.
Quienes se oponen a avanzar hacia una legislación que amplíe derechos y cuide la salud de las mujeres, lesbianas y trans se concentraron en instalar mentiras y ficciones, como María Urraza, obstetra de La Plata que se lamentó por los “fetos que lloran”. O el abogado Siro de Martini que directamente mintió: “En todo ese período de nueve meses, habrá derecho a matarlo”. Cuando en verdad se está discutiendo el aborto hasta la semana 14. O el abogado Fernando Toller que citó a El señor de los anillos. En las redes sociales, rapidamente, se responde con memes a estas exposiciones tan absurdas como irrespetuosas.
La doctora en filosofía Diana Maffia les contestó: “Habilitar el aborto no obliga a nadie a abortar, prohibirlo no preserva ninguna vida. Estamos debatiendo aborto hasta la semana 14. Hablar de embarazos más avanzados es de mala fe”.
A su turno, la diputada porteña Myriam Bregman también respondió: “Escuchamos cosas como que el aborto legal no es producto de la lucha del movimiento de mujeres sino una imposición del FMI. No nos subestimen”.
En boca de quienes defienden el derecho al aborto se escucharon argumentos e historias de vidas y de muertes evitables e injustas.”He visto morir a muchas mujeres por aborto y nunca vi a una criminal: vi víctimas”, dijo el ex ministro de Salud de Jujuy, Víctor Urbani. La médica tucumana Leda Guzzi contó que cambió su postura sobre el tema “al ver morir a tantas mujeres” por abortos inseguros. “Muchas de ellas mutiladas”, agregó.
Una de las exposiciones más conmovedora y contundente, al mismo tiempo, fue la de Cecilia Ousset, médica católica y objetora, pero no obstaculizadora. Es quien realizó la microcesárea a Lucía de 11 años, víctima de violación, en Tucumán. Hoy ella tiene una causa penal abierta por hacer su trabajo. “Lo único que sé después de veinte años de profesión es que todas las mujeres abortan. Las mujeres más humildes se juegan, además de la salud, la libertad, porque también sé que nunca vi presa a una mujer que tenga plata”, dijo.
El profesor de derecho constitucional, Andrés Domínguez, se encargó de remarcar que no hay obstáculos para avanzar sobre esta legislación:“No existe ninguna norma que prohíba que este proyecto sea invalido. No hay objeciones”. En la misma línea expuso la jurista Aida Kemelmajer de Carlucci: “La autonomía tiene que estar ajena al paternalismo médico. Si no aprueban esta ley no respetan la autonomía ni la igualdad”, dijo.
La abogada feminista Paola Bergallo puso la linterna sobre cómo el mundo ha avanzado hacia legislaciones menos restrictivas y dijo: “Más de 3 mil mujeres murieron por situaciones de aborto que se hubieran salvado si hubieramos debatido esta ley antes”.
Otro de los ejes interesantes de la segunda jornada lo aportó la abogada feminista Soledad Deza, responsable de haber logrado la absolución de Belén en Tucumán, presa por un aborto espontáneo. “En Tucumán luego que Belén estuvo presa 34 mujeres estuvieron acusadas por aborto natural”, dijo.
Magui Fernández Váldez, activista lesbiana del Observatorio Nacional de Acceso al Misoprostol (MISObservatorio) habló de los abortos medicamentosos:”Es imprescindible que trabajemos en una soberanía sanitaria desde una perspectiva transfeminista, que desbinarice el sistema sanitario”. Según los datos del Observatorio del Misoprostol de agosto: 1.2 millones de mujeres no pueden acceder a cubrir los costos de una caja de Misoprostol
Sonia Tarragona, subsecretaria de Medicamentos del Ministerio de Salud de la Nación, fue otra de las expositoras que sumó datos sobre los costos. Si se legaliza, el ahorro para el Estado es de 10.000 milones de pesos al año aproximadamente.
Hace dos años fueron 15 audiencias y 738 expositores desplegados en más de 130 horas de debate sólo en la Cámara Baja. En esta oportunidad estaban planeadas solo dos jornadas de debate pero se agregó una más a último momento. El viernes los y las diputadxs tendrán reunión para intercambiar entre ellxs sus opiniones respecto a los proyectos. El miércoles 9 sería la firma del dictamen y el 10 se discutiría en el recinto.