“La búsqueda de representación en medios debe ser interseccional”

El 29 de junio fue el 2° Encuentro para abordar una representación justa en los medios de comunicación. Sandra Hoyos, comunicadora feminista e integrante del colectivo antirracista Identidad Marrón, fue parte de las expositoras y dejó planteadas muchas preguntas. También, propuestas como esta: además de seguir construyendo en el sentido de romper los estereotipos de género, el proyecto también debe luchar contra los estereotipos de clase y etnia.

El colectivo antirracista Identidad Marrón es un espacio donde nos encontramos diferentes personas, hijes de campesines o indígenas, indígenas y marrones en la urbanidad. Somos personas racializadas que no somos mencionadas como tales y por eso pretendemos visibilizar y hablar del racismo estructural existente en la sociedad argentina que es evidente por las prácticas cotidianas, políticas públicas, costumbres, distribución social y territorial, por el acceso a derechos. Sin embargo, a pesar de ser tan evidente, de ello no se habla, no se lo menciona.

Mi texto busca hacer aportes en función de lo que ya fue trabajado en el 1er Encuentro Hacia Una Ley de Representación Justa en Medios y quisiera mencionar algunos ejes que se trabajaron desde una perspectiva interseccional. Desde allí entiendo que puedo aportar más, más allá de mi formación universitaria, aunque sin dudas están en diálogo.

  • En cuanto a las diferentes intervenciones acerca de transformar y pensar medios desde un enfoque federal, es decir que puedan reflejar y tener presencia en las realidades de los territorios, provincias, ciudades, localidades de nuestro país. Es importante que además de la federalidad, los medios deben pensarse desde un enfoque plurinacional, pero a su vez debatir y entender qué implica la plurinacionalidad de los pueblos. Que por supuesto de ninguna manera significa incorporar un cupo a ciertas identidades étnicas o de nacionalidades para que la noción de plurinacionalidad esté presente.
  • Nos preguntamos acerca de las poblaciones rurales, campesinas, indígenas ¿qué hacer? ¿qué hacemos? La respuesta es simple: esas voces tiene estar presentes, en estos espacios, es necesaria su presencia, sus demandas, necesidades y particularidades. ¿Sino cómo? ¿De qué otra forma?
  • El rol de la comunicación debe ir en dirección de promover derechos, de brindar opciones de accesibilidad a los medios en sí mismos y productores de contenidos desde un enfoque de derechos como la salud, la educación, medio ambiente, trabajo. 

Para ello es indispensable que los medios y su acciones deban monitorearse, realizar seguimientos, evaluaciones sobre el impacto del carácter de los medios hegemónico en lo que reproducen, porque principalmente son los grandes reproductores de desigualdad, estigmatización y discriminación.

Por ejemplo, si están dirigidos o hablan de las poblaciones rurales no deben ser meramente documentalistas, también hay otras cosas en las realidades a conocer que un enfoque meramente antropológico. Hay ficción, entretenimiento, hay experiencias científicas, universidades, hay arte. Visualizar solo lo que es exótico y llamativo para el público de las ciudades, como ceremonias ancestrales, el inti raymi o la ceremonia a la pacha, no es promover la cultura, ni incluir a las identidades racializadas, sino es estigmatizar, imposibilita ver otras cosas y otras experiencias.

En relación a los medios comunitarios, en particular la señales de radio, es fundamental valorizar el aporte que realizan, no hay visibilidad de su trabajo, no son radios truchas y un pasatiempo. Tampoco son ese medio en el que se piensa cuando no hay acceso a Internet, son un medio en sí mismo y no son reemplazables, ni alternativos a otros. A excepción de que son alternativos a los medios hegemónicos. Este proyecto de ley que estamos intentando construir debe necesariamente impulsar mayores presupuestos, recursos, equipos técnicos, capacitación para todos esos medios presentes a lo largo del país. En escuelas, barrios, asentamientos, clubes, centro culturales, villas, hospitales. Impulsar experiencias como La Colifata, que no sea una excepción sino que haya sean experiencias posibles de repetir, emular, crear.

Es importante y es una responsabilidad promover la participación de quienes no son parte de las decisiones, de quienes no tienen los micrófonos, quienes no ocupan las pantallas, no escribe la editorial. Su presencia es necesaria también para interpelar y cuestionar a quien decide que sale y que no. 

Como colectivo antirracista Identidad Marrón venimos hablando de este tema, el racismo estructural en Argentina desde hace 3 años. Recién ahora hemos tomado cierta masividad y visibilidad. Ahora somos tomades en serio.

Aun así, durante este tiempo hemos producimos nuestros contenidos, nuestras imágenes, nuestro discurso, nuestra palabra. ¿Por qué? 

Porque no estamos en ningún medio, como queremos estar, con lo que queremos decir, lo que nos pasa, lo que afecta. Expresar cómo impacta en nuestras trayectorias de vida ser personas racializadas, discriminadas y con menores posibilidades de acceso a la salud, al trabajo y a la educación.

George Floyd y la lógica de reflejarse en reivindicaciones legítimas pero no situadas, como si fuera lejano a nosotres. Lo de George hizo que hoy estemos diciendo que Argentina es racista, porque no tiene un origen europeo, no es blanca. Sino que niega sus identidades preexistentes que a su vez conforman mayoritariamente la población de nuestro país. En particular hablamos de las personas marrones como yo, mi rostro que no se refleja en los medios, en las revistas, en las películas, en las series, en las novelas de adolescentes, que no construye desde un lugar de la belleza, ni mucho menos del deseo. Ni hablar de lo que somos, de nuestros roles u ocupaciones. En los medios nuestras corporalidades nunca son profesionales, ni toman grandes decisiones, ni gobiernan, no son referentes, no son voces de autoridad o especializadas.

Pero sí llevamos banderas en las marchas, somos la imagen del choriplaneros, de la mamá luchona, del pibe chorro, de la empleada doméstica precarizada, del migrante que le saca el trabajo y la atención en salud.

Esta propuesta además de seguir construyendo en un sentido de romper los estereotipos de género también debe luchar contra los estereotipos de clase y etnia. Es indispensable una mirada interseccional. ¿Qué significa? Que las personas tengan capacidad de agencia y decisión. 

Otros de los ejes que me preguntaba es ¿Qué pasa con las personas que son misóginas, machistas y violentas en los medios?

Se debe prestar atención a los diferentes medios, su quehacer diario, cada contenido. ¿Se debe suspender, multar, sancionar? ¿Cómo hacerlo? 

El paradigma de la impunidad en los medios en Baby Etchecopar. Además de misógino es racista y tiene un discurso de odio a las personas pobres: Todes recuerdan su “Negra sucia, olor a pata”. Él hizo una especie de “capacitación” que no sirvió de nada, de la cual se burló. Otro ejemplo, y hay miles: la presentadora de TV Pamela David se refirió a una “familia hermosa y blanca”. Más reciente: la cobertura de los medios digitales a partir de las historias de personalidades de la farándula durante la cuarentena, exhibiendo a las trabajadoras domésticas en sus departamentos o en su quinta. 

Es decir, para cambiar los contenidos y agenda de los medios de comunicación el enfoque, sin dudas, además de feminista debe ser interseccional, con lo que ello implica, ser antirracista. Si vamos a hablar de una ley de medios feministas, representativa, justa, paritaria, tenemos bastantes desafíos.

Vuelvo sobre algunos de ellos:

Producir contenidos relacionados en post de interpelar a la construcción histórica del surgimiento del Estado Nación, allí se aloja un germen importante de la concepción de la Argentina blanca

Elaboración de nuevos protocolos de abordaje comunicacional / recopilación y sistematización de los ya existentes, sobre todo hubo mucha producción sobre comunicación no sexista.

Promover la transversalidad de temáticas, no sólo contenidos sectoriales, es decir no un único programa sobre géneros o sobre discriminación, sino además de todo un contenido transversal.

Retomar las experiencias de los medios alternativos, comunitarios, no hegemónicos, allí está la clave, sus experiencias nos demuestran que es posible. Hay reducción de la brecha de género, hay contenidos transversales, recuperan y participan les protagonistas.

Considerar las estadísticas, no solo a partir de la ausencia de las feminidades y población lgtbiq+, sino también que la búsqueda de representación se considere de modo interseccional.

Que la representación interseccional no se pierda de vista, no queremos que las personas racializadas nunca lleguen a espacios de decisión o que su trabajo sea la tapa de una revista, que sea editora o especialista de temas como la economía y la política.

Otros temas a considerar, sería importante la presencia de las niñeces y adolescencias, que estén su voces, como también las discas y todo aquello que no está y debería estar presente para que podemos hablar de ciudadanía y de Estado de Derecho.

Finalmente, retomo el aporte de Lilian Andrade, una compañera de la Garganta Poderosa, que participó del primer encuentro, que expresó algo en la línea que quiero transmitir: esta ley debe transformar el periodismo, sus protagonistas deben generar sus contenidos y que no sean otras las personas que cuenten sus historias.

*Foto: Archivo identidad marrón.