Francisca Valenzuela conmueve con “La Fortaleza” uno de los mejores discos editados este año que se presenta en pocos días. Una conversación íntima y lúcida con LATFEM donde los temas, las agendas y las luchas se entrelazan: el cuarto disco, el “Apruebo” del plebiscito en Chile, la influencia del pragmatismo que recibió como hija de prestigiosxs científicos de la biología, la investigación que sirvió para la Ley de Cupo en los escenarios argentinos, las elecciones en Estados Unidos y la lucha por el aborto legal en América Latina y el Caribe.
—El 12 de noviembre será la presentación oficial de “La Fortaleza” vía streaming ¿Cómo te estás preparando para el show?
—Es emocionante pensar en pisar un escenario y conectar ahí con todes aunque sea a la distancia y en un nuevo formato, regalar un momento especial y poder entregar y darlo todo con mis canciones y con el mensaje del disco. Me emociona. Estas canciones nunca existieron en un escenario, o sea salieron en enero y salvo los cortes que se editaron antes del disco (aparte del Vive Latino, y el Festival de Viña del Mar donde tocamos un par de estas canciones) el resto jamás las canté entonces ahora es una invitación a mí misma de decir: “Qué estoy sintiendo aquí, qué tipo de emoción estoy viviendo cuando interpreto esta canción”. Estoy en esa exploración artística y el resultado va a ser este show con una puesta en escena que será única para este concierto y habrá invitados especiales a cantar y muchas cosas bonitas.
—En “La Fortaleza” hay mensajes sobre la conexión humana, la vulnerabilidad, y la fortaleza con la que contamos. Es una excelente banda de sonido para los tiempos que estamos viviendo. ¿Qué te sucede a vos con esas canciones al escucharlas hoy?
—Me pasó ahora cuando estaba sola preparando y ensayando el concierto, que me he encontrado mucho con las canciones lado b del disco, ese bloque más oscuro, de las sombras como: “Ansiedad”, “No te alcanzo”. Y me ha pasado que me da tristeza, en el buen sentido, es decir: las canto, las ensayo y me emociono. Yo soy muy emocional pero guardo muy bien eso, emociones muy ordenaditas… A una la entrenan así para mantener siempre las emociones bien guardadas y me ha pasado de conectar con una parte de mí que ha salido y ha sido muy removedor, con el mundo como está, con cómo uno vive este año, con lo bueno, con la malo, con todo, y eso ha salido. Entonces me doy cuenta que conecto con esa parte de mí que no había tenido la oportunidad quizás en “la vida regular” de enfrentar porque estuve haciendo de todo y de repente fue silencio, sola, mi habitación, mi piano y ponerme a cantar esas canciones y reencontrarme con el punto de origen de ellas, con las canciones donde nacieron y eso ha sido algo que descubrí muy profundo, muy emotivo, sencillo pero que me ha removido un montón.
—Es un viaje de transformación el disco: la primera canción es “Nunca quise herirte”, donde el personaje se confiesa y se disculpa, para llegar al último track “La Fortaleza”, donde sale victoriosx.
—¡Sí! Lo has dicho hermoso porque es totalmente así. Es un disco que absolutamente retrata una transformación y un viaje. Hay eso y las canciones en sí mismas tienen su mundo, hay canciones más pop, otras más nocturnas, pero de manera general el paraguas es ese viaje. Un viaje como decir: puedo atravesar la oscuridad para salir a la luz, puedo enfrentar y hacer parte de mí esas vulnerabilidades para encontrar la fortaleza y puedo dejar atrás lo malo y pasarla bien también. Pienso en “Ya no se trata de ti” por ejemplo, que es una canción que habla de una relación tóxica, dañina que me definía, pero quizás no para siempre y ahora puedo tener una relación -en lo que en mi mi mente, mi vida, en mi vivir- fue pasar a ser “Flotando” un tema sobre una relación sana: alguien que me quiere, me cuida y que yo puedo desear y no vivir en la sombra de esa persona. Entonces me doy cuenta que al final yo escribo desde ese lugar más visceral y más confesional -como tu bien dijiste con esa palabra- y creo que esa es la razón de por qué me puse a escribir desde un principio y ahora el desafío es cómo yo construyo en cada canción y en cada disco esos mundos de manera interesante también artísticamente, musicalmente y cómo yo puedo ir creciendo como cantante y como intérprete en el escenario. Es como terapia también.
—Hace pocos días sucedió el histórico “Apruebo” del plebiscito constitucional en Chile, que tendrá la primera Constitucción en ser redactada por un órgano paritario. ¿Cómo viviste ese día tan importante?
—¡Fue super emocionante! Real y profundamente emocionante -me voy a poner a llorar- ¿Sabés qué pensé y sentí? Nosotros somos una generación, en Chile, en Argentina y Latinoamérica, que vino después de la dictadura, entonces una solo ha escuchado del Chile de antaño o Latinoamérica antaño o ciertas cosas que quizás la generación de nuestra familia o mayores vio otras posibilidades y sintió otro tipo de magia de lo que podía construirse en un país y en un futuro. Y de alguna manera yo pienso hay una canción que escribí para otro disco que se llama “Salvador”, un homenaje a Salvador Allende, esa canción yo la escribí pensando en familiares hablar del momento político de los 60: “El futuro está por delante, vamos a construir otro mundo” y ahora cómo uno siente lo contrario y siente decepción, que el futuro es ahora y no es lo que soñaban. Y creo que lo del “apruebo” reconecta con una chispa humana de posibilidad ¿Cachai? De construcción y transformación real y de alguna manera como un despertar -de manera poética- de un Chile que ha sido oprimido anestesiado y sofocado por tanto tiempo. Siento que es muy poético porque somos una región muy poética. Es ver una canalización constructiva de un movimiento ciudadano, creo hay mucha esperanza puesta ahí, mucha emoción, mucha activación. Y también muestra cómo un sistema que se puso de manera forzada durante la dictadura, un modelo económico extremo y también como que había un secuestro del país de alguna manera por mucho tiempo. Es muy bonita la transformación colectiva e intergeneracional también. Me emociona ver que la participación ciudadana va a ser real en esta redacción y que sea paritaria, y que sea por primera vez en el mundo, me emociona, me llena de orgullo también y al mismo tiempo digo: “Mira, Chile también tiene eso”, tuvo al primer presidente socialista electo democráticamente en el mundo, es decir creo que somos una región donde cosas así pasan mucho y a una se le olvida a veces.
—Y fue muy importante la fuerza y acción feminista allá ¿Cómo observás el movimiento en Chile y en la región?
—Especialmente siento que muchas compañeras argentinas me han ayudado mucho a observar como cuánta de las cosas que yo tengo internalizadas tienen que ver con un deber ser, construido por un patriarcado, neoliberal, capitalista, que suenan como conceptos abstractos, que intervienen nuestra vida diaria todo el rato, todo el tiempo. El movimiento de los pañuelos verdes por ejemplo: las compañeras argentinas fueron pioneras en visibilizar y en atreverse y eso se traduce en bajada de muchas cosas: ya sea en comunidades, en acción y en cambio. Yo creo que en Chile respondimos mucho a eso. Ahora también habla de una región donde las mujeres y las disidencias tienen una fortaleza, una resiliencia y una fuerza movilizadora histórica demasiado importante. Y también creo que hoy en día en Chile de cara a la nueva constitución, la fuerza feminista fue fundamental para hacerla paritaria y para decir esta Constitución no solo tiene que ver con la participación de mujeres y disidencias, tiene que ver con la participación de la diversidad en general, de la representación: sean pueblos originarios, sean personas con capacidad especiales, o sea: esto tiene que ser una visión de país que sea realmente inclusivo y que no sea el “secuestro” de un país con una constitución redacatada entre cuatro paredes con intereses especiales, con otro país por detrás ahí poniendo las estructuras para beneficiar a pocos, donde realmente el sueño de un colectivo no está ahí, impreso.
—Estás en Los Ángeles en días clave para el futuro político de Estados Unidos ¿Cómo lo estás viviendo allá?
—Yo soy, como muchxs latinxs de Estados Unidos, bicultural porque mi familia es mitad gringa, mitad chilena, porque mis papás son chilenos pero se vinieron en los ´70 para acá, entonces yo me crié acá y después allá y mis hermanos que son mayores son primera generación y viven aquí. Entonces tengo esa cosa dual que muchas familias tienen aquí que son hispanas o latinas. A mí lo de Trump, sea la vez anterior o ahora que están par en par mientras esperamos la resolución definitiva, no me sorprende tanto, creo que Estados Unidos es un país no solamente polarizado, también muy conservador, muy tradicional y siempre siguiendo los intereses de unos pocos, un sistema que está también quebrado. El mismo sistema electoral inclusive. Al mismo tiempo no me sorprende y no me deja de sorprender porque es terrible y hay mucha tensión. Todos los días pasan cosas. Está muy tenso. Yo también creo que hay una posibilidad de cambio de paradigma en Estados Unidos.
—Hablemos un poco de tu historia familiar. Como hija de prestigiosos científicos y cuatro hermanos varones ¿Qué data recibiste de todxs ellxs?
—Tengo mucha suerte de haber nacido en esa familia cósmicamente y realmente me han hecho quien soy, son todxs de una visión humanista y feminista y una generosidad ¡y son tan prácticos! Recibí mucho cariño y contención que me permitió tener una vida sana y sentirme segura en casa. Ellxs tienen una carrera tremenda en la ciencia, son personas muy apasionadas, muy creativas, muy exitosas en la Ciencia y son las personas más trabajadoras que he visto en mi vida. Esa visión pragmática y curiosa fue una referencia para mí, cómo yo vivo mi pasión y vocación.
—¿Cuánto tuvo que ver tu madre Bernardita en tu compromiso con el feminismo?
—Sí, de ella seguro. Ella vive una vida feminista, además es una feminista activa. Cuando era joven en Chile participaba de círculos feministas, es una mujer que ha vivido su vida en libertad, con mucha decisión y pragmatismo y es muy inteligente, y es muy cariñosa. Es una mujer que es muchas cosas y a podido vivir esas muchas cosas. Verla vivir de una manera feminista, conversar y tomar decisiones así, fue una cosa que me permitió entender cómo es vivir de manera feminista y con una visión humanista. Digo feminismo no solamente desde la autoestima, la seguridad, o la convicción, sino también desde la visión humanista, inclusiva, derechos humanos. Y por otra parte mi interés artístico, de literatura y música, naturalmente se fue inclinando hacia muchas voces de mujeres y me di cuenta que había un vínculo -que en el momento no me daba cuenta que era feminista-. Era sentirme atraída por estas voces de mujeres que estaban llevando sus historias, sus visiones, sus emociones, al espacio público. Sea Alejandra Pizarnik, Tori Amos, Carole King o Spice Girls, había siempre una identificación muy importante y yo creo que eso también fue una adoctrinamiento -en el buen sentido- de voces y visiones feministas. Nunca se me ocurrió que yo no podía ser yo también, porque las veía a ellas siendo ellas. Eso fue súper importante, ver y descubrir a Alanis Morissette, Gabriela Mistral, Violeta Parra. Era hambre por entender y sentirme identificada, como en casa, en voces de otras mujeres que yo admiraba.
—RUIDOSA, entre otros logros, realizó una de las investigaciones que sirvió de fundamento para la Ley de cupo femenino en la Argentina ¿Qué significó esto para vos?
—¡Qué emoción y gratitud la mía! Aparte cuando fuimos las chicas de Ruidosa a Argentina y conocimos a Celsa (Mel Gowland) y a todas las chicas que estaban presentando el proyecto de ley fue tan emocionante que yo pensaba ¿¡Cómo no se me había ocurrido que esta era una posibilidad!? Imaginate la deconstrucción todavía que quedaba por hacer: obvio que debería haber esto de traducirse en políticas públicas, pero cuando hicimos el estudio ni siquiera se me ocurrió que eso podía ser una respuesta a ese estudio. Y en Chile nos motivó muchísimo: hay muchas organizaciones y gremios de música como Gestoras en Red que están ahora queriendo armar la misma propuesta.
—¿Cómo surgió esa investigación y cómo la experiencia de desarrollarla?
—Con Ruidosa hicimos dos estudios que son los más grandes, uno es el de la participación y representación en escenarios de festivales latinoamericanos y el otro es de los premios latinoamericanos más importantes. Y pasó que para hacer los otros estudios: los de producción por ejemplo o de composición, el levantamiento de data era muy difícil porque todavía no tenía muy claro ni siquiera los puntos dónde está recopilada esa información. Las organizaciones feministas de la región han sido muy proactivas en generar esas datas, en decir vamos a generar esa red, trabajadoras de la música en Chile cuáles son, dónde estás, qué estás buscando, cuánto ganas. Estudio cualitativo, levantar data para empezar a hacer ese barrido. Por ejemplo cuando nosotras hicimos el primer Ruidosa Fest en 2016, que llevó a hacer este estudio, fue porque yo empecé a googlear información de participaciones de mujeres en la música latinoamericana en general y en Chile en particular y no lo encontraba en ninguna fuente y si la encontraba para España, para Australia, Estados Unidos, Inglaterra, pero no para latinoamérica y de hecho llamé a nuestra sede de derechos autorales de Chile para pedirle información y así, llamando por teléfono para sacar los porcentajes. Por eso es importante la representación porque si no hay diversidad en un espacio ¿Porqué está pasando eso? Y… lo más probable -y la historia lo ha demostrado- que esas puertas están cerradas por alguna razón, sean intencionales o no, por eso hablamos de algo sistémico. Porque yo me encuentro con personas que critican al feminismo porque están pensando que todo viene con una intención “Es que yo no le cierro la puerta a la mujer”, dicen. Yo entiendo que tú puede ser que no la cierres pero hay un sistema que históricamente ha cerrado esas puertas por todas estas razones que podemos comprobar de manera estadística y de manera también personal, testimonial.
—En la Argentina seguimos presionando para que finalmente se trate la Ley de aborto legal, seguro y gratito, que esperamos sea este año….te hemos visto en los escenarios con el pañuelo verde y eso también nos llena de orgullo…
—Personalmente estoy por su puesto a favor del aborto libre y universal. Es un derecho y esta opresión y secuestro de nuestros cuerpos históricamente tiene que acabar básicamente. Y además creo que las compañeras argentinas lo han enseñado y lo han articulado de manera elocuente una y otra vez, que en un sistema social como el nuestro cómo la desigualdad social afecta a las mujeres y esta es una herramienta y una necesidad en muchos casos importante. Creo que es hora. Y nunca me deja de impresionar la lucha por parte de la Iglesia y por parte de las facciones conservadoras de nuestros países por controlar, oprimir, silenciar, castigar y reducir a las mujeres y las disidencias -y todos aquellos que piensan diferente realmente- a reducirlos y a tener esa compasión selectiva ¡Así que ojalá salga! Toda la fuerza para acompañarlas en esa lucha e inspiradxs por lo que pasa en la Argentina sin duda y ojalá así sea en toda la región. El tema aborto libre universal, el tema femicidios son causas cruciales para la región, todo lo que es derechos reproductivos y todo lo que sea dignidad y seguridad de la vulnerabilidad de derechos de mujeres y disidencias son fundamentales hoy en día.