Hoy hermanadas en nuestra condición de mujeres, trans, travestis, lesbianas, trabajadoras y migrantes, juntas paramos y DENUNCIAMOS:
El Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2017 que no siendo necesario y urgente criminaliza la migración fomentando la xenofobia en la sociedad argentina, sociedad que siempre nos ha acompañado en nuestras luchas y de la que nosotras nos sentimos parte haciendo por tanto nuestros sus reclamos ante esta oleada de decretos y políticas neoliberales.
DENUNCIAMOS al sistema capitalista xenófobo misógino y patriarcal que explota al ser humano en general y mucho más a las mujeres.
Que por nuestra condición de migrante terminamos siendo doble o triplemente explotadas, ya que siendo el sostén de nuestras familias, muchas necesitamos garantizar un ingreso para hacernos cargo de la supervivencia del hogar y la educación nuestra o de nuestros hijos e hijas.
DENUNCIAMOS que ante la falta de oportunidades laborales, profundizadas en el último tiempo, el incremento del desempleo, las políticas de ajuste y precarización del actual gobierno, muchas de nosotras nos vemos obligadas a aceptar cualquier tipo de trabajo, de ahí que muchas terminamos siendo mano de obra esclava y en el peor de los casos siendo víctimas de redes de trata de personas y de muchas otras violaciones a nuestros derechos fundamentales
En nuestra condición de migrantes somos el sostén de muchos de nuestros familiares en otros países, soportamos el desarraigo cultural, esto sumado a la responsabilidad de cuidar a nuestros hijos supone un mayor esfuerzo, sobre todo cuando las estructuras sociales resultan ser xenófobas. La lejanía de nuestros hogares originales y de nuestras familias, la carencia de vínculos con miembros de nuestras propias comunidades, la feminización de la pobreza, la frecuente falta de educación, de herramientas culturales y de capacidades de afrontamiento, así como la irregularidad con los trámites migratorios, hacen que los niveles de vulnerabilidad se incrementen considerablemente.
DENUNCIAMOS la cultura misógina, fomentada diariamente por los medios masivos de comunicación, con la construcción de una visión que mercantiliza la vida y el cuerpo de las mujeres, al tiempo que con su propaganda amarillista vuelve a victimizar a las mujeres que han sido violentadas sexual, psicológica y físicamente.
[rad-hl] Este contexto racista y patriarcal en Argentina, hace que la violencia de género en mujeres migrantes vaya más allá de cualquier concepción previsible. Más de 3 mil denuncias en 2016 fueron interpuestas en la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema, siendo las compañeras bolivianas las más afectadas. Se denunciaron casi 18 mil casos en los últimos siete años. De ese total, casi 40% de las denuncias fueron hechas por personas de las comunidades bolivianas, peruanas y paraguayas, entre otras comunidades como la colombiana y la dominicana. El número no es para nada menor: las denuncias hechas por extranjeras representan casi un tercio de los más de 9800 casos que la OVD recibió durante todo el año pasado. Aunque es alarmante el número de casos denunciados, es más grave aún cuando se estima que la mayoría de los casos nos son denunciados: el cerco cultural no conocer la ciudad, tener dificultades en la movilidad, en algunos caso no manejar el castellano, así como también el miedo a ser judicializada o expulsada por no tener el documento de identidad, impide el acceso a las instituciones.[/rad-hl]
La doble condición de vulnerabilidad, nos confronta con dificultades particulares para ejercitar con plenitud sus derechos ante el sistema de justicia. Un ejemplo contundente de esto, es el caso de Reina Maraz, compañera migrante boliviana, quechua parlante, que siendo detenida fue víctima de un proceso jurídico que violo de forma sistemática sus derechos humanos consagrados tanto en leyes nacionales como internacionales.
Hoy estamos acá porque nosotras MIGRAMOS…
-Migramos, porque buscamos oportunidades para desarrollar nuestros proyectos de vida,
-porque buscamos la ampliación de nuestra autonomía e independencia
-porque participamos responsablemente del sustento de nuestras familias y de la educación de nuestros hijos e hijas,
-porque nos enamoramos y apostamos a construir lazos fraternos y amorosos sin importar las fronteras, ni las diferencias culturales,
-porque deseamos mejorar nuestros niveles de educación,
-porque queremos ejercer nuestro derecho al trabajo digno,
-porque no tenemos miedo a los desafíos de conocer culturas diferentes,
-porque nos atrevemos a soñar,
-porque ejercemos nuestro derecho a la libre movilidad,
-Y porque en definitiva reconocemos que migrar es un derecho humano
[rad-hl] Hoy EXIGIMOS la derogación del DNU70/2017 y el cumplimiento irrestricto de nuestros derechos humanos [/rad-hl].