¡Hola! ¿cómo estás? Acá Fátima, escribiendo un poco desconcentrada, con soniditos de wasap, notificaciones, pendientes acumulados, dibujos sobre un anotador, memes, estados de ánimo subibaja y noticias alarmantes que llegan con números e imágenes apocalípticas.
Vivimos rodeadxs de imágenes, nosotrxs mismes nos hemos vuelto imágenes, en los cuadraditos de Zoom y también dentro de los propios sistemas que habitamos. Las imágenes cumplen funciones y han sido utilizadas a lo largo de la historia del arte para causar un efecto determinado. Pensaba si acaso las feministas nos volvimos una imagen identificable y por ende, se habilitaron los juicios o ideas sobre nosotrxs. O si acaso nuestras acciones producen imágenes mas o menos eficaces (depende para quién).
Esta semana ha pasado mucho en el mundo de las artes visuales. Tuve la intuición de esperar un poco antes de sentarme a escribir. Y, efectivamente, pasó eso que estuvo en boca-muros de todes —y para cuyo análisis recomiendo el puntilloso, denso y multi-referencial texto de la editora y co-directora de este medio digital, Agustina Paz Frontera—.
Al respecto de lo sucedido, solo voy a decir que valoro la importancia de formar parte de una asamblea de trabajadorxs del arte que funciona como un LUGAR REAL frente a tanto troll enmascarado. Pudimos, en unos pocos días, organizarnos para romper el cerco impune de ese blog del horror que lleva más de 10 años hostigando colegas. En nuestra Asamblea se escucha, se contiene y se responde siempre a quienes escriben, generalmente, solicitando apoyo, contención o consejos frente a situaciones de abuso de poder en el mundo del arte. Debatimos, ponemos las contradicciones sobre la mesa, votamos y accionamos. Sabemos que esas acciones —hoy solo cibernéticas—, traerán consecuencias de todo tipo. Sostenemos este lugar colectivamente, con aciertos y errores, sí, porque no tenemos el Manual de la Buena Activista (ni queremos serlo tampoco). La Asamblea siempre está abierta para recibir a nuevas compañerxs que tengan mejores soluciones frente a qué hacer en cada caso.
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Otro evento mucho más significativo que sucedió este mes, es la iniciativa conjunta entre los ministerios de Cultura y de Mujeres, Géneros y Diversidad de la nación: el “Premio Adquisición de Artes Visuales 8M”. Esta convocatoria abierta busca “despatriarcalizar el patrimonio” y está destinado a artistas de la comunidad LGTBI+mujeres (lo pongo todo junto porque harta de la “y”) de todas las disciplinas, a nivel nacional. Ya se anunciaron 94 obras seleccionadas de un total de 4560 postulaciones.
Se otorgarán 16 premios de 500.000 pesos y las obras serán exhibidas en La Gran Lámpara del Centro Cultural Kirchner. Acá otra imagen: la fecha del Paro Internacional se transformó en un símbolo poderoso, de las calles a los despachos, y hoy es una política pública concreta y a largo plazo.
MUESTRAS EN EXHIBICIÓN PARA QUE LLENES TU CELULAR DE FOTOS CON IMÁGENES ALUCINANTES
ELDA CERRATO, “EL DÍA MARAVILLOSO DE LOS PUEBLOS”
Curaduría de Carla Barbero y asistencia curatorial de Marcos Krämer. Museo de Arte Moderno.
Primera muestra antológica de esta artista nacida en Italia que hoy tiene 91 años y desarrolló su producción entre Buenos Aires, Tucumán y Caracas a lo largo de cincuenta años.
Desde temprana edad, Elda se interesó por el misterio de los seres vivos y estudió bioquímica. Esa influencia se ve en muchas de sus obras, donde aparece un ‘informalismo biomórfico’, es decir, formas que evocan imágenes derivadas de diagramas celulares, cortes microscópicos de una materia ingrávida, atmósferas coloreadas. Elda se acercó a la ‘Escuela del Cuarto Camino’ de George Gurdjieff, una doctrina metafísica y cosmológica, y al mismo tiempo, se involucró en los debates políticos con la vanguardia intelectual argentina y venezolana de los años sesenta. Construyó un conjunto de imágenes, pensamientos y acciones que enlazan la vanguardia artística y la revolución política. La identidad de los pueblos de América Latina, las desigualdades económicas, las luchas por la soberanía territorial y los conflictos de clase son asuntos que abordó a partir de las estrategias del arte conceptual y el lenguaje visual de los medios masivos de comunicación. En palabras de la curadora: “Elda consigue integrar conocimientos considerados antagónicos y empujar los límites estéticos para vincularse con el medio artístico de modo transversal: su obra adquiere así una asombrosa pertinencia en la actualidad, ya que establece discusiones con las narrativas históricas tanto dentro del mundo artístico como fuera de él”.
“EL CANON ACCIDENTAL. MUJERES ARTISTAS EN ARGENTINA (1890-1950)”.
Curaduría Georgina Gluzman. Museo Nacional de Bellas Artes.
“El canon no es el resultado natural de la evaluación de la calidad. Por el contrario, es un productor de decisiones ancladas en una concepción patriarcal de la cultura que excluye sistemáticamente a las creadoras. (…) el canon no es indiscutible: es político, cambiante y hasta caprichoso. En suma, es accidental”. De esta manera arranca esta esperada muestra que finalmente llegó en el 2021. Con ella, la investigadora y curadora Georgina Gluzman nos hace cuestionar todo lo mal aprendido, y nos brinda la posibilidad de conocer aquello que no nos enseñaron, aquello que no nos mostraron. Nuestro ojo observa en el recorrido, quizás por primera vez, otras formas de representar un desnudo, el vínculo entre personajes, otras formas de pintar un pie, una mano o un estado de ánimo, pensando en que muchas obras son autorretratos de las artistas. Y esto no me parece un detalle menor para pensar que estamos frente a un testimonio de género matérico y espiritualmente alternativo al canónico.
Muchas de las obras pertenecen al acervo del Museo Nacional de Bellas Artes y otras, casi desconocidas, fueron traídas de museos provinciales.
María Obligado y Soto, Sofia Posadas, Emilia Bertolé, Consuelo González, Eugenia Belín Sarmiento (cuya excepcional pintura se rescató de la basura, menuda paradoja, y por quien conocemos la difundida imagen de Sarmiento), Gertrudis Chale, Lía Correa Morales, Josefa Díaz y Clucellas, Ludmila Feodorovna, Raquel Forner, Consuelo Remedios González, Annemarie Heinrich, María de las Mercedes Lacoste, Mariette Lydis, Cecilia Marcovich, Léonie Matthis, Andrée Moch, Ana María Moncalvo son algunas de las 100 artistas exhibidas.
CUANDO CAMBIA EL MUNDO. PREGUNTAS SOBRE ARTE Y FEMINISMOS.
Curaduria Andrea Giunta. Centro Cultural Kirchner
Dentro del ciclo Nosotras Movemos el Mundo, esta exposición presenta obras de Aline Motta, Esther Ferrer, Joiri Minaya, Pau Delgado Iglesias y Sebastián Calfuqueo distribuidas en cinco salas del 4º piso del CCK. A medida que vamos pasando de una sala a otra, las preguntas en torno al nuevo mundo que estamos viviendo van retumbando en nuestra cabeza y retina.
Cada artista nos abre la posibilidad de explorar una dimensión única en torno a la identidad, la muerte y la memoria, los estereotipos, el paso del tiempo y la violencia.
En la primera sala, Aline Motta (Brasil, 1974) nos recibe con pantallas gigantes que muestran videos sobre sus viajes por distintos lagos y ríos, junto a su madre negra y su padre blanco, usando el agua como metáfora y puente para reconstruir la historia de sus ancestros y las violencias de un mestizaje que sigue presente como base del racismo y la esclavitud.
“Blanca en Nigeria, negra en Brasil. Yo los reconozco, ellos no me reconocen. Yo me veo en ellos, ellos no se ven en mí”.
Sebastián Calfuqueo (Santiago de Chile, Chile, 1991), es une artista que elabora preguntas sobre la identidad mapuche en la que se inscribe y también acerca de su identidad sexual desde los cuerpos que nos ha legado la cultura.
Joiri Minaya (Nueva York, EE.UU., 1990), artista criada en República Dominicana aborda la objetualización de la mujer del Caribe, de la mujer mulata, de la mujer negra. Joiri Googlea “dominican women” y el resultado son imágenes de cuerpos sexualizados, exuberantes, semidesnudos, que confirman el estereotipo más difundido del imaginario exótico sobre la mujer del Caribe. #dominicanwomengooglesearch interviene el archivo de estas búsquedas. Cuerpos fragmentados y pixelados ampliados a un tamaño natural cuelgan en el medio de la sala.
Esther Ferrer (San Sebastián, España, 1937) presenta en Autorretrato en el tiempo las diversas combinaciones de las transformaciones que experimentó su rostro durante 38 años que interrogan el paso del tiempo. En Preguntas feministas, 1997-2021, una performance/mural interactivo, Esther nos hace una serie preguntas sobre la situación de las artistas en el mundo del arte. La impactante instalación con sillas, mesa y maniquí es un señalamiento sobre los femicidios ocurridos en el último año en nuestro país, una silla por cada uno. No podemos pasar, las sillas invaden la sala de forma expansiva, están ahí, tan evidentes y vacías.
Bonus track
Te dejo una agenda de muestras de arte contemporáneo:
- VILLA CELINA, de Celina Ezeiza, Galería Moria.
- PETIT MORT, Lorena Ventimiglia y Enzo Luciano, PM GALERÍA.
- LAS DOCE Y SATURNO, Taller abierto de Lola Orge Benech, Galería Selvanegra.
- APÉNDICES LEJANOS, de Constanza Giuliani, Galería Piedras.
- PARIENTE, Julieta Padilla, Fundación El Mirador.
- PLACER, Arte erótica Espacio Erotique Pink.
Esto fue todo, ¡hasta el próximo Ojalá me equivoque!
Releé el OME de marzo acá.