La rueda de la fortuna II: El loco

En un mes pasan muchas cosas en el país, en el mundo, y más en esta era ajetreada de pandemia. Varios temas entraron y salieron de los titulares, pero tenía en mente que íbamos a tener a “El Loco” de invitado en esta entrega. Y muchas noticias por las que pasaba, día a día, entraban en sintonía fina con la energía de este arcano. Aprender del Tarot funciona así, es como si sintonizáramos una emisora que transmite un mensaje y va conectando nuestras ideas, la circulación de las sensaciones y conceptos que transitamos a diario. Quizás sean los tiempos que corren, quizás sea que sincrónicamente con nuestro triunfo del mes, la salud mental estuvo en agenda y nos permitió repensar luces y sombras para este arquetipo iniciático. Sea cual sea el motivo, bienvenidxs a una nueva vuelta de esta Rueda de la Fortuna, la columna mensual de la escritora y guionista Lu Martínez

Yo dije que habíamos estado locos
el uno por el otro, pero tal vez mi ex y o no estábamos
locos el uno por el otro. Tal vez estábamos
cuerdos uno por el otro, como si nuestro deseo
no fuera ni siquiera personal–
era personal, pero eso apenas importaba porque parecía no
haber ninguna otra mujer
ni hombre en el mundo. Quizá fue
un matrimonio arreglado, el aire y el agua
y la tierra nos habían concebido juntos – y el fuego,
un fuego de placer como una violencia
de ternura. (…)
Locos, Sharon Olds

La carta del Loco es un salto de fe, un salto al vacío, un cambio irremediable y, a la vez, cargado de poder y deseo. No es como el resto de los arcanos, en principio, porque no tiene número. Aunque en algunos mazos aparece con el 0 y en otros con el 22 –sí, como en la Quiniela-, en realidad, el Loco es el protagonista del Tarot, es su héroe, el reflejo de quien consulta, el que se abre paso por todos los umbrales que representan el resto de los triunfos. Tal vez por eso sobrevive en las barajas de juego, convirtiéndose en “Joker” o bufón. Como comodín, sirve para equipararse a “cualquier otra carta”, le gana también a todas. Porque el Loco es la página en blanco y, a la vez, el volantazo en el camino que cambia nuestra ruta y nos lleva hacia nuestra meta, incluso cuando no sabemos bien cuál es. Cuando aparece, se despliega un nuevo capítulo en nuestra vida, un viaje abismal, un ritual de iniciación. La pregunta es ¿qué dirección tomar? ¿hacia dónde vamos en esta aventura? Según el momento en que nos encontremos, podemos ser un “Loco” que avanza por impulso o uno que encuentra el sentido de su transitar. Vagabundeamos por ahí, dejándonos llevar por nuestro instinto salvaje (¿es ese instinto algo así como un perrito que nos empuja desde la espalda?). O también podemos ser buscadorxs de visión, arriesgadxs peregrinxs, caminantes enérgicxs que llevan un mapa ya trazado para su ruta.

Eso sí, el loco del Tarot “anda suelto”, probablemente en los márgenes, pero definitivamente es un loco libre. Lo vemos pisando un suelo natural, lejos de hospitales y clínicas. No está completamente “dentro” de la secuencia de arcanos arquetípicos, pero tampoco está por fuera. Es un personaje border, fronterizo, que hace equilibrio en los límites y no se deja atrapar por nada ni por nadie. Sigue firme lo que desde afuera podemos percibir como delirio o genialidad.

Todos dicen que el amor es amigo de la locura
pero a mí que ya estoy loca es lo único que me cura;
cuántas veces la inconsciencia rompe con la vulgaridad
venceremos resistencias para amarnos cada vez más.
Hay que venir al Sur, Raffaella Carrà--

El Loco nos convoca alrededor del fuego para hablar no solamente de aventuras y nuevos inicios, sino también de salud mental. Por eso, me puse en contacto con Antonela Diez, licenciada en Psicología para entender de qué hablamos cuando hablamos de “locura”, en términos de la ciencia que estudia nuestra psique y a qué nos referimos cuando decimos que alguien es un “loco”:

“Es difícil hablar del loco porque ocupa un lugar abyecto en todas partes. Nadie se identifica con él sino es de manera negativa. El psicoanálisis, o parte de él, entiende a la locura como un fenómeno. Esto quiere decir que todes podemos enloquecer, pero no es tan fácil, se necesitan ciertas condiciones y circunstancias que lo posibiliten. Un poco como dice el refrán: “no es loco el que quiere sino el que puede”. Alguien que atraviesa un duelo muy traumático o una situación de mucho sufrimiento podría enloquecer. Es algo posible pero no sencillo. No hacemos un buen uso de este significante en el lenguaje cotidiano. Generalmente, le decimos “loco” al excéntrico, al extravagante, al que de repente después de trabajar mucho en su posición subjetiva empieza a poner límites y ya no soporta la invasión de los demás y entonces “es un loco”. Con las mujeres y disidencias la locura ha sido un lugar de castigo, de disciplinamiento, de silenciamiento, de control. Entonces, se produce un lugar social para esas locuras también, son locxs por su existencia y no por un efecto de algo psíquico. Por esto, no es lo mismo cuando hablamos de un loco que de una loca”.

Ilustración de Seelvana

Cuando decidimos ilustrar las cartas de Tarot, junto con Seelvana, mi compañera de viaje en esta Rueda de la Fortuna, nos preguntamos si conservar o no las marcas de género en el lenguaje y el nombre de los arcanos. Tomamos algunas decisiones y, en el caso del Loco, coincidimos con este señalamiento que nos hace Antonela Diez, ¿qué pasa cuando pensamos en temas de salud mental, desde el feminismo? ¿Qué connotaciones cambian en la palabra al hacer esta operación del lenguaje, con un cambio en su marca gramatical de género: loco, loca, locx?

“No sé si cambian al mutuar el género per se. Pero el género modifica algo de la intención peyorativa. Cambia también según quién lo dice y a quién. Si yo le digo “loca” a una amiga es posible que tenga algo de sátira, pero si se lo grita un tipo en la calle a la misma mujer la está empujando hacia un lugar de adoctrinamiento”, dice Antonela.

Otra de las problemáticas que surgieron en la charla con Diez fue la interseccionalidad de la salud mental y los diferentes estratos sociales hoy en día en la Argentina. “Con plata podés exigir lo que en situaciones de alta vulnerabilidad ni sabés que te corresponden por derecho. La salud mental es uno de los lugares donde más se encarniza la desigualdad social. En el hospital público te atienden, pero están devastados a nivel de presupuesto y muchas veces no hay ni con quién ni con qué atender”, dice ella.

¿Qué políticas se aplican en el ámbito de la salud mental para que lxs pacientes vuelvan a recuperar su vida cotidiana cuando ya están fuera del momento de la hospitalización?

—Esta pregunta es difícil de responder porque la ley de salud mental es muy potente para proponer la desmanicomialización pero el sistema de salud público está profundamente desfinanciado. En relación a lo anterior, insisto con que lxs profesionales están agotadxs y muy alienadxs en las instituciones. Entonces, es poco lo que se puede por fuera. Sigue estando vigente la estigmatización del “loco” dentro y fuera de la familia. Lo que produce muchas veces que al externar o proponer un tratamiento ambulatorio no hay quién acompañe. Esto también está relacionado a que se piensa a la familia nuclear como agente prioritario. Ahora hay otras construcciones, redes de amigxs, redes feministas. Ese sostén se empieza a establecer aunque muchas veces puede haber dificultades legales para hacerse responsable del paciente que lo necesita”.

¿Por qué creés que siguen sucediendo casos como el de Chano, que fue público, en el que las fuerzas de seguridad intervinieron violentamente?

—Primero porque “el loco” sigue siendo pensado como un criminal o un potencial criminal. Después porque las fuerzas de seguridad disparan como primera medida cuando debería ser la última, no tienen preparación ni para los temas de salud mental, ni para los de violencia de género. Son parte del control y de disciplinar a los cuerpos y “el loco”, justamente, se fuga de ese control. Imaginate que el Chano es un pibe famoso de clase alta. ¿A cuántos pibxs de la villa que jalan para existir le agujerean el cuerpo a balazos por día y ni sabemos?

Vanina Durruty, licenciada en Psicología y Consteladora familiar, cuenta su postura sobre la carta: “Este Loco del que nos habla el Tarot es uno que abre, que se anima y que juega con la poesía del amor y la locura. Se me arma una idea acuariana, del salto hacia lo nuevo y el juego mental y emocional que da ese personaje con ese salto. Sobre el giro que hacemos al traer la carta al plano del psicoanálisis y la psiquiatría lo que advierto es que desde la línea más estricta estaríamos hablando de una estructura de psicosis. Con la “locura” nos centramos en patologías específicas de la salud mental y no es lo mismo un psicótico que un “loco lindo” o un “loco de amor”. La carta del Tarot nos llama a conversar de muchas sombras, también la muerte por la locura, las emociones intensas, pero en mi campo aunque sea muy amplio, nos referimos a las psicosis. Con respecto al caso del Chano, no quisiera dejar de hacer una distinción: aunque no podamos hacer un diagnóstico sin conocer el caso puntual, quisiera distinguir un desencadenante que puede tener que ver con la adicción que un cuadro de estructura psicótica. A veces, en los medios esto se puede confundir. Con el Tarot debemos hacer un buen uso de las palabras y acá llamo a pensar en que hay términos que debemos usar de modo detallista. No todo lo que se populariza como “locura” hace parte de un brote psicótico.”

Estas charlas me dejan recalculando sobre los temas que están dentro del arquetipo del Tarot, cuando lo sacamos de la simple figura del cartoncito pintado de la baraja y nos permitimos cuestionar y ver qué pasa en la realidad concreta, en la vida cotidiana con las personas. Como intérpretes, “bajar” las cartas de su contexto histórico y repensar esta cotidianidad me parece un deber esencial. Cuando alguien viene a consulta, ¿sabemos si tiene contención psicológica o psiquiátrica? ¿si tiene una red comunitaria que lx contenga cuando sale? Nosotrxs mismxs, ¿tenemos acceso a dispositivos especializados para casos con recomendaciones válidas en el caso de que nuestrx consultante lo requiera? Personalmente, creo fundamental formarse para identificar si la persona que tenemos enfrente va a necesitar otro apoyo, que excede el marco de la consulta, y tener una agenda de contactos para ser parte de esta red responsable que pueda brindar respuestas certeras. Sabemos que los dispositivos de salud mental no son solamente para cuadros agudos y que, a lo largo de la vida, todxs podemos tener problemas de salud mental de algún tipo. Como pasa con el cuerpo, no se atiende igual un resfrío pasajero que una enfermedad que requiere, por ejemplo, una cirugía. Lo mismo sostengo sobre las consultas al Tarot, a veces, tenemos que darle al consultante el teléfono de un profesional de salud que se adapte a sus necesidades. En este sentido es que sostengo que el Tarot puede ser terapéutico (como lo es el arte, el deporte, el encuentro con amigues) pero no es una terapia.

Y para cerrar las ideas sobre el arcano del mes y seguir pensando en sus matices, lxs invito a leer la nota de Anuka Fernández Fuks y Dafna Alfie: Gracias por fallar, Simone. El caso de Beils en los últimos juegos Olímpicos nos deja claro que a veces se nos hace creer que estamos locxs por retirarnos de una gran hazaña. El Tarot enseña a su modo que estar en los márgenes, cerca de la naturaleza, un poco lejos de los parámetros de exigencia que nos impone la sociedad de la sobreexplotación es, en realidad, lo más cuerdo.

Carta de lectores

Hay una carta que me llega reiteradas veces a la casilla, en talleres y de consultantes. ¿Qué significa que las cartas salgan dadas vuelta? ¿Importa? Personalmente, no leo las cartas “invertidas” como señal de que se indica una parte oscura del arcano a interpretar. Considero que cuando se está atravesando por una energía, se la vive y percibe de forma integral, completa, con sus aspectos luminosos y expansivos y, a la vez, con cierta resistencia. Yo elijo dar vuelta la carta para volverla a su expresividad original y que quien tengo enfrente pueda observar en detalle la ilustración. Probablemente, para “traducir” su sentido, me deje guiar más por el contexto de la tirada y por lo que la persona preguntó. Pero como siempre… cada tarotistx encuentra la voz con la que el Tarot le habla y en la praxis va a poder decodificar a qué prestar atención y a qué no. Barajen sus mazos, lean sus cartas y hagan la prueba.

¡Hasta la próxima Rueda de la Fortuna, amigues!

P.d.: Recuerden que pueden mandarme sus preguntas, dudas, ideas y consultas al IG: @soy.lu.martinez

PARA SEGUIR LEYENDO
Ensayo (un poco de espiritualidad, mundo sagrado, luces y sombras, para repensar la magia, el inconsciente colectivo y la mente)Luz en lo oscuro, Gloria Anzaldúa Poesía (un diario poético de laberintos mentales que se andan y desandan, clásico de clásicos)El libro de la locura, Anne Sexton. Más poesía (si quieren más, no se pierdan la entrevista a Paula Jiménez España, en la que además, hay un pequeño adelanto de su libro que puede calmar las ansias)La Suerte, Paula Jiménez España, Caleta Olivia.